Un niño de 13 años se encuentra al borde de la muerte tras ser baleado en la cabeza durante un tiroteo registrado en la madrugada de este jueves en Iquique, en la Región de Tarapacá.
Según informó el fiscal Hardy Torres, el menor ingresó cerca de las 01:00 horas de este jueves al Hospital Regional debido a la gravedad de su lesión, "que lo mantiene en riesgo vital".
Entrevistado en Cooperativa, el fiscal regional, Raúl Arancibia, descartó que el niño haya recibido una "bala loca".
"En la madrugada se produjo un tiroteo donde quedó herido de gravedad -no conozco en este instante la evolución, pero sí muy grave- un niño de 13 años. Estamos hablando de una situación donde el niño estaba aparentemente involucrado, no estamos hablando de una bala loca, lo cual es tremendamente lamentable", dijo el persecutor.
Personal del OS9 y del Laboratorio Criminalística de Carabineros realizan las diligencias para esclarecer lo sucedido e identificar a los autores del disparo.
Desde el Gobierno, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, lamentó este hecho y señaló que Carabineros está a cargo de investigar "los hechos, las motivaciones y fundamentalmente para lograr identificar y detener a los responsables".
"Un hecho en el cual -al parecer- las personas van directamente con el objetivo de disparar y dar muerte al menor de 13 años, que lamentablemente se encuentra en riesgo vital", aseguró la autoridad.
Posible motivo del crimen
Sobre esto último, se ha trascendido que este hecho tendría relación con el homicidio de un joven boliviano de 16 años, que murió a mediados de octubre del 2022 tras recibir un disparo en su abdomen. La PDI individualizó a este menor de 13 años como el autor del homicidio, pero debido a su edad no pudo ser imputado, y desde entonces habría estado recibiendo amenazas de muerte.
El subprefecto Mauricio Vallejos comentó que "al tratarse de un menor de edad, se informó de inmediato a la Fiscalía, que dispuso las diligencias por parte de la Policía de Investigaciones y de inmediato se dispuso que los antecedentes fueran puestos a disposición del Juzgado de Familia".
"El Juzgado de Familia, al tomar conocimiento de los hechos dispuso que el menor fuera entregado a sus padres por parte de la policía y nosotros ahí entregamos el procedimiento", dijo.
"Respecto de las causas y los móviles, efectivamente en esa investigación se barajó rencillas que tenían entre víctima y victimario, que se arrastraban desde el Colegio Castro Ramos hasta el inicio de la pandemia, cuando iniciaron las clases de manera online", precisó Vallejos.