Un hombre de 39 años de edad y nacionalidad boliviana identificado como Juan Gabriel Molle Quispe fue sentenciado a 10 años de cárcel como autor del femicidio frustrado de su expareja, Simeona Loaiza Fuentes.
En el juicio, realizado el 17 y 18 de abril en el Tribunal Oral en lo Penal de Iquique, se dio por acreditado que el 2 de marzo de 2022, cerca de las 23:45 horas, Molle atacó a Loaiza, su exconviviente, en un domicilio de la Calle Arturo Fernández de la ciudad.
La víctima recibió diversas puñaladas en el cuerpo, que le ocasionaron heridas graves en el tórax, un antebrazo y una extremidad inferior.
Sus gritos alertaron a un vecino que acudió a socorrerla y que, al entrar a la habitación, la vio a ella en un sillón y a Molle apuñalándola encima, por lo que lo apartó y sacó a la afectada del lugar.
El agresor los siguió llorando y pidiendo perdón, pero en un momento de descuido, extrajo de su ropa un cuchillo con el que intentó apuñalarla de nuevo. El vecino se lo impidió, a la espera del arribo de Carabineros, que detuvo al criminal.
TESTIMONIO EN AUSENCIA
El caso fue investigado por el fiscal Francisco Almazán, especializado en delitos violentos, quien presentó en el juicio la declaración ofrecida por Simeona Loaiza tras el ataque.
La víctima no participó en el juicio pues falleció en julio, cuatro meses después de la agresión, aunque "debido a una complicación médica posterior que no tuvo que ver con las lesiones provocadas por el acusado".
"En dicha declaración, la afectada señaló que el acusado no aceptaba que la relación se hubiera terminado y por eso la atacó", explicó el fiscal.
También declararon en el juicio el vecino que socorrió a Loaiza, los carabineros que detuvieron al acusado, los peritos que trabajaron el sitio del suceso, los médicos del Hospital y del Servicio Médico Legal que atendieron a la mujer confirmando sus lesiones, y la sicóloga del centro reparatorio integral de Sernameg que atendió a la víctima, quien hizo presentes las situaciones de violencia previas que había vivido con el condenado.
Junto con la pena de cárcel, el tribunal iquiqueño impuso a Molle Quispe la inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos, y dispuso que una vez que el fallo quede ejecutoriado, su huella genética sea incluida en el Registro Nacional de ADN de Condenados.
