Este martes comenzó el juicio oral contra Mario Ulloa y Miguel Soto, acusados de la sustracción, violación y homicidio de Pascale Alvarado, de 17 años, quien lleva una década desaparecida.
El juicio se lleva a cabo en el Tribunal Oral de Viña del Mar luego de que la Fiscalía acusara a los sujetos de haber interceptado a la joven en noviembre del 2011 en Puchuncaví, para luego llevarla hasta Cabildo, donde Ulloa presuntamente la agredió sexualmente en presencia de Soto, haciéndola desaparecer posteriormente.
En su acusación, el Ministerio Público solicitó la pena de presidio perpetuo calificado para Ulloa, sindicado como quien ejecutó directamente el delito, mientras que para el coimputado, Soto, se pidió la pena de 13 años, considerando la atenuante de colaboración sustancial.
Según se estableció en la audiencia preparatoria de juicio oral, el Ministerio Público podrá llevar toda la prueba propuesta al Tribunal para defender su teoría del caso.
Por su parte, las defensas adelantaron que buscarán la absolución de los imputados.
En los alegatos de apertura, el fiscal Luis Ventura relató que, según los antecedentes de la investigación, antes de que se perdiera su rastro Pascale había pasado a una farmacia cercana, marcó el teléfono de su madre, quien le devolvió el llamado, solo para escuchar que su hija pedía ayuda, las voces de hombres y un golpe. Tras cortarse la comunicación, no supo más de ella.
En ese sentido, el persecutor señaló que fueron testigos los que denunciaron la participación de los acusados, pues uno de ellos "escuchó decir a Miguel Soto que, junto al imputado Mario Ulloa, a fines del año 2011 habían subido a la fuerza a la camioneta donde se trasladan a una jovencita, a quien finalmente violan, dan muerte y entierran", añadió Ventura.
"(La víctima) tenía una vida normal, que se vio interrumpida por el imputado Ulloa y el imputado Soto, quienes la secuestraron, la sustrajeron", dijo el querellante Felipe González, quien sostuvo que "un hecho envilecedor fue envileciendo la consciencia del señor Soto Cruces hasta el punto de confesar".
Por su parte, el defensor de Ulloa, Gustavo Menares, sostuvo que "el juicio se trata de cómo se creó en la persona de Mario Ulloa a un culpable que le permitiera al Ministerio Público pasar la prueba de la blancura después de 9 años de una investigación que fue un rotundo fracaso".
Agregó que el lugar donde fue vista por última vez Pascale y las horas señaladas por testigos "no cuadran".
Desde la defensa de Soto, Marcela García dijo que "delitos tan horrorosos no se pueden sustentar en una supuesta declaración o confesión".