En la mañana de este miércoles se inició el juicio oral en contra de cuatro acusados por su participación en el incendio que afectó a las dependencias de la Municipalidad de Quilpué el 29 de octubre de 2019, en medio de las protestas derivadas del estallido social.
De acuerdo a lo expuesto en la audiencia, Sebastián González lanzó líquido acelerante a una fogata y concertado con una adolescente de iniciales M.M., impulsaron a otros manifestantes a atacar el recinto municipal.
En paralelo, los otros imputados, Luis Corvalán y Sergio Jaramillo realizaron un acto independiente, pero similar, también con el uso de acelerante.
El Ministerio Público pide penas de 20 años de cárcel para los mayores de edad involucrados, además de tres años por el delito de daños para Corvalán.
Mientras tanto, piden cinco años de internación para la menor, recordando que todas estas imputaciones incluyen el agravante de actuar en conmoción popular o calamidad pública.
La fiscal Mónica Arancibia comentó que "las defensas dirán que eran contribución mínima al incendio, porque no se trataba de grandes antorchas que los imputados ingresaran a la municipalidad, pero aunque fueran pequeños, la constancia de los elementos, la acción de otras personas, logró en definitiva que el incendio se propagara y fuera totalmente incontrolable, y destruyera la municipalidad".
"El Ministerio Público solicitará, en consecuencia, un veredicto condenatorio para todos los acusados por los delitos que se le imputan", sostuvo.
Declaraciones de las defensas
El abogado Juan Carlos Manríquez, defensor de Jaramillo, manifestó que "personas egresan del edificio consistorial con una fotocopiadora en la mano. Van a poder saber de la voz de Sergio Jaramillo: realmente cuando él enfrenta a esos jóvenes qué es lo que les dice y por qué los increpa, y van a poder ver en esa cronología, minuto tras minuto, cómo detrás de esas personas ya se ve un fuego iniciado".
"El fuego se había convertido en incendio al menos tres o cuatro minutos antes que la conducta que se le atribuye al señor Jaramillo", añadió.
Por su parte, Luis Sanhueza, abogado de Corvalán, planteó que el imputado solamente estaba en el lugar buscando un cajero automático, indicando que "por eso es que él no va con rostro cubierto cuando la policía, burdamente, en un intento totalmente infundado de culpar a alguien del incendio, porque era esa la intención, mi imputado tenía una botella, pero de agua. La persona se acerca y mi representado le pasa la botella para que se limpie la cara".