El ex agente de la CNI Carlos Herrera Jiménez, quién cumple más de 30 años de condena por el crimen del dirigente sindical Tucapel Jiménez y del carpintero Juan Alegría, fue trasladado desde la cárcel de Punta Peuco hasta la Corte de Apelaciones de Valparaíso para enfrentar ocho nuevas causas por tortura que datan de la década del ochenta.
Llegó bajo fuertes medidas de seguridad de Gendarmería para luego ser careado con dos de los denunciantes que en su juventud, cuando eran miembros del Partido Comunista, fueron detenidos por la CNI en un grupo liderado por Herrera en Valparaíso, a quién acusan de haber tenido participación como autor directo de torturas.
Adolfo González que es uno de los denunciantes, relató que "fueron torturas y vejámenes a las niñas que nos acompañaban cuando fuimos detenidos en 1985. Golpes y maltratos y al día siguiente, nos hacen simulacro de muerte", recordó sobre la vez que estuvo en un centro de detención en Viña del Mar.
Sobre la participación de Carlos Herrera, González dijo que "nosotros lo recordamos porque era verano y brillaba (con el sol) un corvo de oro que él usaba y que lo identificaba de forma mayor", relató.
El ex agente de inteligencia prestó también declaraciones por otros seis casos para colaborar con la investigación que sigue la justicia.
Luego de este procedimiento en la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Herrera fue trasladado nuevamente a Punta Peuco a continuar cumpliendo condena.