La familia de Vanessa Araya, enfermera del Hospital Clínico de Viña del Mar que se suicidó en abril de 2021, demandó al recinto laboral acusando acoso laboral conocido como "mobbing".
En ese sentido, los cercanos de la profesional sostienen que se quitó la vida debido al constante hostigamiento de sus compañeras, dejando al descubierto un arduo trabajo al interior del recinto en el momento más alto de la pandemia.
Se trata de una demanda indemnizatoria por $1.100 millones indicando enfermedad laboral con resultado de muerte.
Del monto, 500 millones son solicitados por daño heredado y el resto corresponde a 300 millones para cada uno de los padres de Vanessa.
Al respecto el abogado Felipe Olea, explicó que "lo que se ha interpuesto es una acción indemnizatoria de carácter laboral, que está concedida para buscar una reparación económica por el daño que significó la pérdida de vida de la trabajadora como resultado del acoso constante que recibió".
El jurista agregó que "la responsabilidad de la institución y de los miembros de esta organización, entendemos que ya fue establecida por el sumario administrativo la Seremi de Salud de la región y el informe de la Dirección del Trabajo contra los cuales el Hospital Clínico Viña del Mar, no dedujo reclamación alguna entendemos aceptando las conclusiones que arribaron ambos documentos administrativos" expresó el jurista.
Dicho sumario, comentaron desde el equipo jurídico, estableció sobrecarga laboral por un promedio de 12 horas de trabajo bajo este tipo de presión en su entorno, gatillando un agudo cuadro depresivo, faltas de normas de seguridad sanitarias sicosociales que constató la seremí de salud.