Un empresario holandés será apoyado por el Ministerio de Bienes Nacionales en la búsqueda de un mítico tesoro español del siglo XIX presuntamente enterrado en el archipiélago de Juan Fernández.
El legendario botín, repleto de oro y joyas, avaluado en 10 mil millones de dólares (6,8 billones de pesos chilenos) era parte de un cargamento del galeón español Nuestra Señora de Montecarmelo, que llegó a Juan Fernández y que nunca partió del lugar.
De acuerdo con la leyenda, la nave fue encontrada por el almirante británico Lord Anson quien enterró el tesoro en la Isla Robinson Crusoe para posteriormente ser extraído por el barco Unicorn, del navegante Cornelius Webb, cuenta hoy Las Últimas Noticias.
Las cartas asegurarían su existencia
Esta información está respaldada por diversas cartas enviadas entre Anson y Webb, en las que se asegura que el oro estuvo a punto de ser trasladado a Inglaterra, pero dicho viaje fue impedido por una tormenta que obligó a Webb a enterrar el tesoro en el sector de Puerto Inglés, lugar en el que se encontraría hasta el día de hoy.
Estas misivas llegaron a manos del empresario chileno Luis Cousiño, y fue su misma familia que -años después- entregó esta correspondencia al holandés Bernard Keiser, quien completó la información a través de documentación obtenida en museos españoles e ingleses.
Basado en los datos obtenidos, Keiser comenzó a trabajar para dar con la supuesta ubicación del botín por cuenta propia, pero recientemente decidió acudir al ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, quien aprobó el permiso para las pesquisas y pondrá, a partir de septiembre, a disposición del aventurero europeo retroexcavadoras para dar con el suculento oro, consinga LUN.
¿Cómo se repartirá?
Según establece lL ley 17.288 de Monumentos Nacionales, la distribución será de un 75 por ciento para el Consejo de Monumentos de Chile, y un 25 por ciento para Keiser.