Revelan la versión del imputado en el homicidio del profesor Villegas
Francisco Silva pagó un peritaje para demostrar que era inimputable, pero no lo logró.
El informe entregó detalles inéditos del crimen.
Francisco Silva pagó un peritaje para demostrar que era inimputable, pero no lo logró.
El informe entregó detalles inéditos del crimen.
En el homicidio del profesor Nibaldo Villegas, un peritaje determinó que Francisco Silva es imputable por el crimen, donde también está detenida su pareja, Johanna Hernández, ex esposa del docente. Silva sólo finge una enfermedad mental.
El informe del psiquiatra Mario Bustos fue pedido y pagado por la defensa de Silva, sin los resultados esperados. Lo que sí reveló la investigación, luego de dos entrevistas con el imputado, fueron crudos detalles del crimen.
El documento ofrece un relato de la vida del paramédico y pasajes de la noche del 10 al 11 de agosto, cuando que él y Hernández, atacaron al profesor Nibaldo en su casa de dos pisos de Villa Alemana.
Estos son algunos párrafos del reporte, según consigna La Segunda:
"Por vergüenza nunca dije que escuchaba voces, porque como paramédico sabía que escuchar voces me podía traer problemas para mantener mi trabajo"
"Mi matrimonio no iba muy bien y conocí a esta otra mujer (Johanna Hernández), que me llenó la cabeza de pajaritos y me llevó a hacer lo que hicimos. En una conversación ella me decía que este h… se tenía que morir y mis voces me decían que es verdad".
"Y yo le creí… rompí mi matrimonio y no era tan malo y ella me mintió, me embarcó y yo le creí (…) Ella era extrovertida, muy coqueta, jugábamos como niños, pasábamos horas juntos sin darnos un beso, era una relación entretenida".
Sobre el crimen del profesor Villegas. "Un día ella lo drogó con quetiapina y clonazepan y así le cortó un brazo, luego ella me mandó una foto por WhatsApp y me dijo que Nibaldo estaba listo, ahí yo entré porque estaba como a unas tres cuadras".
"Cuando entré ella estaba sonriente y Nibaldo ya desangrado… y ella le enterró el cuchillo en el pecho con rabia. Al rato ella me dice, ch… la cagué, ya no lo podemos pasar por suicidio y yo estaba viendo y entonces lo empezamos a cortar en la cama".
"Al bajarlo por la escala se desprendió la cabeza de él (…) pensar que mis manos hicieron eso. De a poco fuimos conversando la idea de desaparecer a Nibaldo".