Ante los reiterados episodios de violencia escolar que se han sucedido en las últimas semanas en el país, el alcalde de Los Ángeles anticipó que impulsará un "calendario alternativo" que permita que los estudiantes se vayan acostumbrando paulatinamente al ritmo de las clases presenciales.
"Vamos a solicitar al Ministerio de Educación que se acorten las jornadas y vamos a proponer un calendario alternativo", adelantó Esteban Krause, quien reprochó que "los niños debieron que haber tenido una cuestión paulatina para que se pudiesen ir acostumbrando a horarios, a tener amistades, a convivir con otras niñas y niños".
El Mineduc anunció ayer que les permitirá a las comunidades de cada establecimiento que acuerden una flexibilización de la jornada escolar completa, "hasta que los estudiantes retomen, de manera gradual, el ritmo para mantenerse ocho horas dentro de una sala de clases, con el ritmo de aprendizaje que se tenía", según expuso el ministro Marco Antonio Ávila.
"Eso debió haberse considerado desde un principio como una propuesta paso a paso, para que nuestros jóvenes se pudiesen haber acostumbrado a la disciplina, al convivir", opinó el alcalde Krause.
Uno de los últimos hechos violentos ocurrió afuera del Liceo Industrial de Los Ángeles, donde un hombre sacó un arma -supuestamente de fogueo- para defender a su hijo en momentos en que, según su versión, era "pateado en el suelo" por cuatro jóvenes. De acuerdo con su relato, el estudiante le había advertido previamente que sería atacado, por lo que él llegó a esperarlo al término de clases. Al principio lo dejó pelear sin intervenir, pero cuando constató la desigualdad de la contienda, entró él mismo a los golpes y terminó sacando un arma, para amenazar y alejar a los agresores.
El ministro Ávila planteó ayer que la "explosión" de episodios de violencia en los colegios, en el marco del retorno este año a las aulas, se explica como una "situación post traumática" causada por la pandemia y el hecho de que los alumnos, que llevaban dos años con clases online, han debido regresar a la presencialidad durante ocho horas diarias, en espacios cerrados y usando mascarillas a todo momento.