Duras son las críticas hacia el Gobierno tras pedir la renuncia al seremi de salud Biobío, Héctor Muñoz (RN), esposo de la diputada Francesca Muñoz, quien había votado a favor del cuarto retiro del 10% y se restó de la campaña presidencial de Sebastián Sichel.
Paulina Veloso, constituyente por Distrito 21, militante de RN, dijo "no es más que una vendetta. Ya lo había dicho en algún momento el candidato presidencial Sebastián Sichel, que iba a estar atento a los parlamentarios que aprobaran el cuarto retiro en el Congreso".
Su colega por el Distrito 20, Luciano Silva (RN), indicó que "esto muestra la mala intención política que tiene este Gobierno que se ha empeñado en hacer una persecución al mundo evangélico. Intentó cerrar la oficina nacional de asuntos religiosos en la Región del Biobío, echó al director regional, pastor evangélico Mauricio Bastías, simplemente porque era la persona que apoyaba la diputada Francesca Muñoz, evangélica".
En la misma línea, el senador Alejandro Navarro (País Progresista), cree que es "un intervencionismo electoral de parte del Gobierno porque es una venganza, un castigo, a lo que la diputada Muñoz votó en el congreso por el cuarto retiro".
La salida de Muñoz golpeó a la cartera que dirigió desde el 14 de diciembre de 2018. Isabel Rojas, su jefa de gabinete y hoy subrogante en el cargo, dijo que "valoramos de gran forma que hizo el seremi de salud, Héctor Muñoz. Combatió con mucha fuerza la batalla contra el coronavirus, ha sido un proceso todo esto, y como seremi de salud vamos a dar continuidad a las distintas tareas".
Sobre la certeza de mantener los equipos, reconoció que "es una decisión a nivel central, estamos a disposición siempre de todo lo que se nos solicite".