Desde la Región del Biobío, por los puertos de Talcahuano, la empresa Coesam exporta anualmente 500 toneladas de rosa mosqueta deshidratada, que llegan a San Petersburgo para ser comercializadas como té.
La base de la firma está emplazada en Monte Águila, Cabrero, y la temporada de cosecha está próxima a comenzar. Ahí se obtiene la materia prima para elaborar, además, cosméticos y productos de higiene, como jabones de exportación.
Carlos Amin, CEO de Coesam y apodado "el rey de la rosa mosqueta", dice que la crisis en Europa del Este representa "un misterio, una preocupación muy temerosa que tenemos, porque imaginamos y especulamos respecto al impacto que va a producir".
"Vendo productos a Rusia hace 10 años: a una empresa le vendemos productos cosméticos y ellos los venden por internet. Desde anoche a las 02:00 de la mañana que estamos pegados al teléfono con ellos, y nos dicen que tienen el capital suficiente para funcionar y que nos les afectan las medidas que pudiese tomar la banca u otro país, saben que son un país fuerte y poderoso, no le tienen miedo a nadie y eso es más preocupante aún", comentó el empresario local.
La temporada de cosecha de rosa mosqueta comienza en 10 días más y da trabajo directo a cerca de 180 personas. La faena se hará sí o sí, pero por ahora, el destino del producto vive un panorama cruzado por la incertidumbre.