El Ministerio del Interior a través de la Intendencia en la Región del Biobío se querelló contra Gabriel Arias (23), estudiante de la Universidad de Concepción que recibió un balazo por parte de un carabinero, al que anteriormente había botado de una patada desde su moto en el marco de las protestas en la capital del Biobío.
El intendente del Biobío, Sergio Giacaman, expuso que "en este caso particular es un caso asociado al maltrato de obra que tiene que ver con la violencia que se presenta contra Carabineros. Es algo que hemos hecho anteriormente y lo vamos a seguir haciendo porque Carabineros lo necesita: poder trabajar para resguardar el orden y la seguridad, y si son violentados desde el Estado y el Gobierno los tenemos que apoyar".
Sobre lo ocurrido, la autoridad expuso que "él tiene una reacción y naturalmente él lo hace en el ejercicio de sus funciones, y en un contexto. Yo como intendente apoyo la labor de Carabineros y particularmente en este caso también".
Cinthya Vega, vocera de la Federación de Estudiantes de la UdeC, dijo que "esperábamos otra respuesta, dado que nuestro compañero se encuentra gravemente herido con secuelas para toda su vida. Él era un artista, un músico, aparte de ser estudiante, y esto le trae graves consecuencias. Y el acto de la querella es nuevamente un acto de impunidad y una burla por parte del Estado frente a la vulneración de los derechos humanos".
"La querella va contra nuestro compañero y ahí se ve lo inaceptable que es esta situación y donde el Estado, como lo mencionamos, está poniendo querellas contra quienes no tienen armas, que salen con ropa liviana y tienen sus propias manos y con su misma voz están en las calles haciendo valer su derecho para manifestarse", añadió.
Arias, estudiante de Ingeniería en Biotecnología Vegetal está a la espera de una operación para sacar las esquirlas que generó el disparo recibido el pasado viernes.
En tanto el funcionario policial fue formalizado por violencia innecesaria con resultado de lesiones leves, está libre y con la medida cautelar de prohibición de acercarse a la víctima.