"Me fui a operar de la vesícula y el doctor me rompió la arteria aorta", declaró una paciente que se recuperó en un caso sin precedentes.
Audelia Parra parecía estar condenada a morir: Un grave accidente le ocurrió en medio de una operación en el hospital Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles, en la región del Biobío, y quedó con posibilidades de sobrevivir de una en 10 mil millones.
Pero seis años después sigue viva, y el mismo Vaticano llegó a Chile a investigar si el caso corresponde a un "milagro".
"Me fui a operar de la vesícula y el doctor me rompió la arteria aorta, entonces hasta ahí quedó mi vida", declaró Audelia a 24 Horas.
Su nieto Álvaro Martínez contó que las enfermeras hicieron pasar a la familia a despedirse de Audelia: "La probabilidades de vida eran nulas. Mi abuela se iba apagando".
Martínez, quien se preparaba en esa época para ser sacerdote, comenzó a rezar a la beata Vicenta María Poloni, la fundadora de unas religiosas de su parroquia de origen.
El ahora sacerdote recordó que "insertan elementos médicos, que es la laparoscopía, el doctor pasó a fisurar la vena aorta, no había una prótesis para poder insertar, no había un cirujano vascular, las probabilidades de vida eran una en 10 mil millones".
El religioso añadió que "cuando nos enteramos que la operación había sido fallida, nosotros comenzamos a rezar, yo me acordé inmediatamente de la madre Vicenta María Poloni y es ahí donde comenzamos la oración de intercesión".
"Ella escuchó. Fue un milagro. De una cosa así nadie se escapa", añadió Audelia, quien se recuperó y ahora vive normalmente, casi sin secuelas.
El cirujano vascular Luis Urrea también cree que hubo una "intervención divina", pues recuerda cómo lo llamaron a Talcahuano sabiendo que Audelia no tenía opción de vivir.
"Yo hice lo que tenía que hacer. La literatura que pueda sustentar la recuperación de esta paciente no existe. Es un milagro", declaró el médico.
Desde enero de 2018 que el Vaticano investiga los hechos, con entrevistas al equipo médico y la familia.
