La Corporación Regional de Desarrollo Productivo, financiada por el Gobierno del Maule, junto a un grupo de consejeros regionales, se trasladaron hasta la provincia de Cauquenes para reunirse con las autoridades locales y actores sociales.
El encuentro se realizó con el fin de programar el cierre al plan de reconstrucción de las comunas de Pelluhue y Chanco, afectadas por el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero de 2010.
Sobre ello, el director de la Corporación, Raúl Navarrete, sostuvo que este impulso va dirigido a "las zonas con menor desarrollo económico y social, la provincia de Cauquenes tiene esa característica y con todo éxito estamos tratando de contribuir a modificar algunos aspectos que se han quedado atrás en esta provincia".
Asimismo, indicó que dentro de las necesidades expresadas por los pobladores "un problema delicado es el de la habitabilidad, que se expresa en que no hay medios de comunicaciones expeditos entre centros poblados, que no tienen adecuada habilitación de agua potable, alcantarillado".
En tanto, el presidente del Consejo Regional del Maule, Boris Tapia, conversó con los habitantes de Chanco, de lo que desprendió que "los caminos que no están en condiciones y que tienen directamente implicancia en el fomento productivo, el otro tema es en la comuna de Chanco la conectividad".
"Ellos están alejados de la red de televisión, de comunicaciones digitales, de teléfonos, etcétera. Lo tercero que han planteado en respecto a las soluciones habitacionales y al no tener soluciones habitacionales, no han podido superar el problema sanitario de la comuna", añadió.
Mientras que el gerente general de la Corporación de Desarrollo Productivo del Maule, Luis Murga, destacó la importancia de estas reuniones "para ir levantando las necesidades críticas que los afectan y a través de estos debates abiertos, podamos ir haciendo el catastro de lo más urgente y que puedan ser materializados en el mediano o corto plazo".
Junto con evaluar las situaciones que requieren de una pronta solución, las autoridades regionales buscan detener la migración de los jóvenes trabajadores que tras el terremoto cambiaron de ciudad para buscar fuentes laborales, fomentando el desarrollo productivo en estas localidades.