El Senapred monitorea con atención la situación meteorológica en el Maule y el Ñuble por las lluvias, que caerán por lo menos hasta este jueves en la zona centro sur, y que hasta ahora han generado varias alertas de evacuación.
De momento, el órgano solicitó abandonar hogares en los sectores de El Peumo, por peligro de desborde del río Ancoa, y de Pato Vara Gruesa por rebalse del río Putagán, ambas zonas de Linares.
También emitió una alerta la noche del martes por amenaza de desborde de canal en El Manzano y La Isla de esa misma comuna, mientras que el colegio Santo Tomás de Talca se inundó por la salida de otro.
Según el director de Senapred, Álvaro Hormazábal, "el nivel de saturación, sobre todo en los canales y esteros que se encuentran en algunos sectores, está realmente en su máximo, y no tienen ninguna capacidad de absorción de agua, y eso hace que con muy pocos milímetros que precipite, tengan desbordes de inmediato".
"Estamos todavía en una época de precipitaciones, y muchas veces tendemos a autoengañarnos y se piensa que está lloviendo tal como ha precipitado siempre, pero hay que tener en consideración el efecto de la acumulación de agua", insistió la autoridad.
Por otro lado, la entidad declaró alerta preventiva por las precipitaciones en la Región Metropolitana, donde se prevé que el agua caída acumule entre 24 y 40 milímetros.
Finalmente, Transporte Informa recomienda conducir con precaución por el Camino a Melipilla debido a anegamientos en ciertos puntos.
Una vez que concluya este sistema frontal, se prevé que las lluvias vuelvan el sábado ente O'Higgins y el Ñuble, y el domingo a la capital.
LAS LLUVIAS Y LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS
La coordinación del Senapred por estas precipitaciones se dio en paralelo a su planificación para la temporada estival, que suele estar marcada por incendios forestales, por lo que Conaf se propone reforzar sus brigadas y aumentarlas de 283 a 311 grupos en total.
A la vez, el director de ese órgano, Christian Little, resaltó que en esta misma fecha del 2022, ya se registraban 50 siniestros activos, los que gracias a las lluvias se redujeron a 34 este año: "La condición meteorológica favorece que no existan incendios (...) teníamos 800 hectáreas (afectadas) el año pasado y hoy tenemos 300; por lo tanto, hay un efecto claro".
"Ahora, con mayor cantidad de agua, la vegetación está más feliz, y eso significa que crece más y hay mayor cantidad de biomasa en la época de mayor recurrencia de incendios", añadió.
En cuanto a las medidas preventivas, la ministra del Interior, Carolina Tohá, detalló que "las metas de cortafuegos van a estar localizadas y georreferenciadas en aquellos lugares donde hay más necesidad, de manera de asegurar que no sólo se cumplan los kilómetros".
"A diferencia de los terremotos y temporales, los incendios los ocasionamos las personas. No estamos condenados a tener incendios", observó.