Una chilena de 35 años fue asesinada a inicios de septiembre en el hotel donde trabajaba en la ciudad de Council Bluffs, en el estado de Iowa (Estados Unidos), y aunque el presunto autor del delito fue detenido, la familia de la víctima aún no puede repatriar su cuerpo.
Se trata del caso de Natalia Manríquez Sepúlveda, quien trabajaba como mucama en el hotel "Super 8" y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en una de las habitaciones del lugar durante la madrugada del pasado 7 de septiembre, según detalló LUN.
La policía indicó que la causa de muerte aún está bajo investigación, a la espera de los resultados de su autopsia. Sin embargo, las cámaras de seguridad del hotel mostraron al presunto responsable: Jesse Smith, un ciudadano estadounidense de 49 años, quien fue el último en ser visto en la habitación donde fue encontrada la víctima.
El 14 de septiembre la policía detuvo a Smith, quien era prioridad en la búsqueda de agresores sexuales en el estado de Colorado. Actualmente está en la cárcel de Pottawattamie, bajo los cargos de abuso sexual en tercer grado.
LAS DIFICULTADES PARA TRASLADAR EL CUERPO
La familia relató al matutino las dificultades que han tenido para el traslado del cuerpo de Natalia. "Los montos son muy elevados, sólo para la cremación son 7.500 dólares (unos 6,5 millones de pesos)", cuenta su hermana Angélica Maureira.
"Nos dieron opciones para repatriar su cuerpo, pero nos dijeron que los gastos corrían por cuenta de la familia. No entiendo quién se hace cargo de este tipo de situaciones", añadió.
Por su parte, Laura, la madre de Natalia, de 59 años, relató que "ella me dijo que se iba a ir lejos a trabajar para ayudarnos y cuando juntara el máximo de dinero, se venía y trabajábamos las dos acá en la casa. Había un sueño y ganas de volver a estar conmigo y con su hijo".
"Hace cinco meses llegó al hotel Super 8. Allí le dieron una pieza para que viviera, pagando poco dinero. Estaba mejor, tenía todas sus comodidades", aseguró la madre.
No obstante, contó que el día miércoles 6 de septiembre "ella me envió un audio. No me llamó. Me dijo que iría a pagar su plan y que me hablaba. El jueves ya no me habló y quedé con la duda. Ese día pasé una noche malísima, pensé que me iba a dar un ataque. El corazón me latía tan fuerte que me tuve que levantar a tomar agua. Y bueno, a ella ya le había pasado algo en ese momento". Al día siguiente, recibió un llamado de una de las amigas de su hija con la fatal noticia.
"Ella (Natalia) comentaba todo lo que pasaba, incluso ya me había dicho 'mamita, donde trabajo hay un hombre que me anda puro acosando, me dice que soy bonita, puras cosas así y otras cosas más'. Yo le dije que tuviera cuidado y que le advirtiera a la señora del hotel, que no se quedara callada y me dijo: 'Sí, mamita. Le voy a decir'. Eso fue de lo último que conversamos", lamentó.