Autoridades se encuentran afinando los últimos detalles de cara a la llegada de 60 refugiados sirios al país, pertenecientes a un grupo que se encuentra actualmente en Líbano en espera de una misión chilena que llegará en junio o julio.
Debido a los más de seis años de guerra civil en Siria, Chile cumplirá el compromiso firmado por la Presidenta Michelle Bachelet ante la ONU en 2015 y recibirá este año a un primer grupo de refugiados.
Aurelia Balcells, jefa de Refugio y Asentamiento de Extranjería, precisó que se buscará "seleccionarla de acuerdo a sus posibilidades de integración, sus necesidades de protección. Hay consideraciones de seguridad también, se espera traer a grupos familiares y también personas con necesidades especiales médicas".
"Desde el minuto en que llegan a Chile, tienen dos años de acompañamiento para su integración en el país y que logren autonomía, que es el objetivo del programa de reasentamiento", indicó.
"Todavía no se han definido las comunas. Nosotros hemos estado avanzando en el estudio", añadió Balcells.
Por su parte, Hernán Maluk, presidente de la Sociedad de Beneficencia Siria, planteó que "lamentablemente no es lo mismo en cantidad de personas que se manejaba originalmente, pero es un avance para el cual estamos dispuestos a colaborar con el Gobierno en las labores que vienen. Los refugiados son personas cuya vida se truncó y está detenida por así decirlo".
"En las zonas donde se establezcan estos refugiados es importante que haya ahí otros sirios, otros árabes. Se acercan a la iglesia ortodoxa o a los templos musulmanes, donde se encuentran con sus similares", dijo.
Cambios a ley
Desde Amnistía Internacional destacan que también se debe tomar en cuenta la situación de un grupo de sirios que llegó al país por sus propios medios, sin calidad de refugiados, por lo que se debe modificar la Ley de Migraciones.
Roberto Morales, presidente en Chile del ente internacional, sostiene que "lo que queremos es que la ley pueda agilizarse y salir lo más rápidamente posible. Siempre es una buena noticia que el Estado de Chile pueda abrir las puertas a un número de refugiados".
"Primero que puedan salir de su precariedad y lo segundo es efectivamente generar los mecanismos que les den seguridad. Ahora, en el caso de los refugiados se aplica una Ley de Asilo, que es bastante mejor que la Ley de Migraciones, por lo tanto hay mucho más espacio para poder desarrollar elementos de soporte para la gente que llega", dijo.
Esta preparación busca evitar que se repita lo ocurrido en 1990, cuando 64 personas llegaron a Chile provenientes de Yugoslavia, la mayoría de los cuales regresó a su país sin lograr adaptarse.