El ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, advirtió este lunes que se necesitan nuevos instrumentos regionales y "una cooperación mayor de la que existe ahora" entre los países para poder combatir al crimen organizado, que se ha infiltrado en la migración aprovechándose de ella, y recordó que Chile es un país de migrantes que requiere de un flujo "regular y ordenado".
En una entrevista con la Agencia EFE, la primera a un medio internacional desde que asumió en marzo, el diplomático destacó la importancia de la relación con América Latina y explicó que en la actualidad "hay una serie de iniciativas en nuestro continente y todas apuntan a una mayor cooperación, que vemos como muy necesaria".
"Hay una crisis migratoria que afecta a distintos países y obviamente hace falta una cooperación mucho mayor de la que existe actualmente. Sabemos que es un tema muy complejo. También en Europa, pero la verdad es que disponemos de pocos instrumentos para afrontarla colectivamente", indicó van Klaveren.
En ese sentido, señaló que dentro de los esfuerzos está "poder fortalecer esos mecanismos de cooperación a nivel regional", como la idea revivir Unasur, asegurando que "en cualquier esquema a nosotros nos interesa participar".
Consultado por las dimensiones de dicho esquema, el ministro enfatizó que "es absolutamente necesario hablar con Venezuela y Bolivia", ya que el primer país está interesado "en la repatriación de sus ciudadanos" con un programa que fue interrumpido y que, por la parte chilena, se busca que "pueda reanudarse".
Respecto a la relación con Bolivia, el canciller afirmó que pese a las diferencias, se ha logrado "establecer un diálogo bastante permanente basado en el respeto mutuo": Creo que hay una disposición muy positiva de Bolivia, sobre todo para encontrar mecanismos para poder controlar una migración que es irregular pero que no está necesariamente asociada a fenómenos de delincuencia".
En ese sentido, el titular de Relaciones Exteriores recalcó que el flujo migratorio que recibió Chile en los últimos años "no es el primero" y que "Chile ha sido un país de inmigrantes. Muchos de nosotros somos hijos de migrantes. Y en otras etapas hemos tenido flujo migratorio importante, también de otros países latinoamericanos".
"El problema actual es que afrontamos un flujo muy intenso y que se ha visto asociado en algunos casos a fenómenos de criminalidad organizada. Parte de este flujo migratorio ha sido alimentado por bandas criminales que facilitan el acceso de los migrantes, los transportan, los dejan al descubierto en lugares absolutamente desolados y que plantea problemas muy serios en términos de asistencia humanitaria", reflexionó.
En la misma línea, el canciller apuntó que dicho fenómeno debe combatirse con "una migración que sea regular, ordenada, como dicen todas las resoluciones de Naciones Unidas", que es "lo que hace falta".
"En Chile hay comunidades inmigrantes de origen venezolano, que están aportando a distintos sectores de la economía, tenemos trabajadores bolivianos en el norte. Pero hay también ese elemento irregular que en la percepción pública se ha visto asociada a fenómenos nuevos de criminalidad que no existían antiguamente en Chile. Creo que todos los países tienen una capacidad limitada en términos de absorción de inmigración y me temo que en Chile esa capacidad está agotada".