Con hostia en mano y alcohol-gel, los religiosos atendieron a quienes se acercaron en auto y a pie hasta el colegio San Francisco de Asís.
Dirección defendió el controvertido proceso y aseguró que se realizó con todas las medidas correspondientes.
Controversia ha causado un grupo de sacerdotes del Colegio San Francisco de Asís de Las Condes que realizó confesiones en la vía pública y entregó hostias a los fieles que llegaron hasta las afueras del recinto este fin de semana.
"Ante el levantamiento de la cuarentena en la comuna de Las Condes, los sacerdotes del colegio queremos ofrecer a quien lo desee, la posibilidad de recibir el sacramento de la Confesión. Para ello hemos de respetar estrictamente los protocolos sanitarios indispensables que exige la gravedad de esta pandemia", señala el comunicado con que el colegio promocionaba la actividad en la página web.
Dentro de las medidas, el establecimiento solicitaba guardar una distancia prudente con el sacerdote de al menos un metro, acudir con mascarillas y desinfectarse las manos con alcohol gel.
"Los que vengan a recibir el sacramento harán fila dentro del auto y, conforme se confiesen, se retirarán para dejar lugar al siguiente vehículo, de tal manera que no haya aglomeraciones de gente. LA FILA SE HARÁ SIN BAJARSE DEL VEHÍCULO. Los que vengan a pie, esperarán también su turno desde la vereda", resalta también el escrito.
Un equipo de 24 Horas pudo constatar como se llevaba a cabo este proceso, incluso con la entrega de la hostia de mano a boca, lo que está prohibido por el Arzobispado de Santiago atendida la emergencia sanitaria.
"Queremos recordar que el Arzobispado de Santiago ha prohibido, durante el tiempo de pandemia, dar la comunión en la boca. Hemos tomado contacto inmediato con la comunidad aludad para que esta medida se cumpla", afirmó la iglesia al mencionado medio.
Si bien los religiosos presentes en el lugar evitaron realizar declaraciones, el director del colegio, Alberto Vial, defendió el proceso, asegurando que se realizó con las medidas correspondientes.
"Quisieron entregarle a los laicos católicos la posibilidad de confesarse y recibir la comunión, por supuesto respetando todos los protocolos de sanidad que se requieren (...) El guante incluso puede llegar a ser peor que la mano si no está adecuadamente sanitizado", afirmó Vial.
