Durante este año se han decomisado cerca de 100 mil unidades en la Región de Tarapacá.
El SAG reforzó los controles fronterizos y actúa coordinadamente con otras instituciones.
"Se trata de un producto que no tiene autorizaciones sanitarias y que no da garantías de inocuidad alimentaria", manifestó la seremi de Salud de Tarapacá.
Carabineros, autoridades de salud y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) advirtieron el riesgo sanitario existente por el tráfico de huevos y otros productos alimenticios desde Bolivia.
Durante la última semana, Carabineros y el SAG decomisaron en la Región de Tarapacá, cerca del límite con Bolivia, más de 19 mil unidades de huevos y cerca de dos toneladas de otros productos agrícolas, que iban a ser comercializados en ferias libres del norte del país.
En el caso de los huevos, según informa este lunes La Tercera, durante 2015 se han incautado cerca de 100 mil unidades contando el último decomiso, lo que equivale a un incremento ostensible respecto a 2014, cuando se decomisaron cinco mil unidades.
César Cardozo, director regional del SAG en Tarapacá, comentó al matutino que "esto nos ha llevado a reforzar los controles fronterizos y a actuar coordinadamente con las policías, la Fiscalía, el Servicio de Aduanas y el Servicio de Impuestos Internos. Hemos detectado incluso carne de cerdo y pollo que se ingresa en camiones sin refrigeración".
En tanto, la seremi de Salud de Tarapacá, Patricia Ramírez, advirtió que en el caso de los huevos "se trata de un producto que no tiene autorizaciones sanitarias y que no da garantías de inocuidad alimentaria, lo que puede provocar enfermedades entéricas".
Por su parte, el fiscal regional de Tarapacá, Manuel Guerra, afirmó que "es preocupante esta situación, con el ingreso ilegal de importantes productos agropecuarios provenientes de Bolivia, especialmente huevos de gallina, que puede provocar graves daños a la salud pública y que, una vez que entran, son de difícil detección".
Los responsables de este contrabando, asociado a los delitos de evasión tributaria, contrabando y propagación de plagas y enfermedades serían chilenos y extranjeros, lo que también motivó a los productores locales a organizarse y tomar medidas como la identificación de sus marcas.
