Son 16 las variedades que se encuentran distribuidas en 1,5 hectáreas.
Las plantas serán destinadas a investigación y tratamientos para pacientes.
Las cepas fueron traídas de Holanda.
Para fines del mes de marzo se espera que se inicie en la Región del Maule la cosecha de cannabis medicinal más grande de Latinoamérica, la que beneficiará a más de 4.000 pacientes de 20 comunas del país.
La directora ejecutiva de Fundación Daya, Ana María Gazmuri, explicó que en la plantación "hay distintas variedades en su composición, en sus componentes, hay algunas que están exclusivamente para investigación que no van para pacientes, otras que son para pacientes y, según la patología, la cepa es distinta".
"Entonces, ahí estamos profundizando en el conocimiento y el estudio de las plantas en particular y también justamente para ir viendo cuáles funcionan mejor para una patología y para otras", afirmó.
La plantación se extiende en 1,5 hectárea protegida con un doble cerco electrificado, cámaras de vigilancia y personal de seguridad. Ahí se cultivan 16 variedades de cannabis que fueron traídas desde Holanda.
El director regional del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Nicanor Cuevas, destacó que el cultivo "es el único en la región y es la siembra de cannabis más grande de Latinoamérica autorizada y que tiene un fin muy especial que tiene que ver con la investigación y dar alternativas para la salud en 20 municipios".
Por su parte, el experto en cultivos Pablo Meléndez detalló el proceso que se ha desarrollando explicando que "hace 61 días sembramos las plantitas, la sembramos en maceteros de 10 litro de tierra especializada producida especialmente para estas plantas en un invernadero de aproximadamente 600 metros cuadrados".
"Después de tres semanas o un mes de vida comenzaron a ser transplantadas directamente a tierra. Ese proceso duró aproximadamente dos semanas, se terminaron transplantando 6.438 plantas de cannabis que es el número de plantas que tenemos vivas en este momento", añadió.
Para la ejecución de este programa, la Fundación Daya debió cumplir con un estricto protocolo administrativo legal.
