El duro 2020: Siete de cada 10 chilenos reconocen estar estresados
"Una vez más las mujeres son las más golpeadas por los efectos", advierte el Observatorio de Salud Mental Chile.
"Una vez más las mujeres son las más golpeadas por los efectos", advierte el Observatorio de Salud Mental Chile.
El efecto en la vida diaria de la pandemia del Covid-19 ha causado estragos en la salud mental de las personas, según ratifica un nuevo estudio, esta vez a cargo del Observatorio de Salud Mental Chile.
A través de una encuesta, aplicada a 800 personas entre septiembre y octubre pasados, la entidad cifró en 43,9% las personas que dice sentirse "estresados la mayor parte del tiempo".
En tanto, el 31,1% considera haber sentido estrés "algunas veces" en el último año.
Para la psicóloga Danae Cerda, las cifras no extrañan, porque "cada cambio realizado en la vida cotidiana requiere de un proceso de adaptación, esto no es sencillo ya que en este caso nos hemos intentado adaptar a una pandemia".
"Debido a esto es esperable la aparición y mantención de emociones como el miedo al contagio y la incertidumbre por lo que sucederá en el futuro. Es relevante señalar que las personas que tienen trastornos psicológicos de base como ansiedad, estrés o depresión tienen una alta probabilidad de agravar o adquirir sintomatología que impida desarrollar su vida cotidiana", agrega.
Entre los factores que inciden en el estrés, de acuerdo a los consultados, hay 3 factores claves:
Respecto a su situación laboral, 27,7% de los encuestados aseguró estar sin trabajo.
La directora del Observatorio de Salud Mental Chile también apuntó que "una vez más las mujeres son las más golpeadas por los efectos del estrés", porque 44% reconoció sentirse estresada la mayor parte del tiempo, dato que casi cuadruplica la misma percepción en hombres (9%).
"Las mujeres tienen mayores posibilidades de expresar sus emociones y por lo tanto el estrés, de hecho, como dato relevante, son las mujeres quienes más solicitan apoyo psicológico ya que tienen una conciencia emocional mayor en comparación a los hombres que tienden a racionalizar las emociones e intentar acostumbrarse al estrés, generando por lo tanto conductas de irritabilidad y frustración", concluye Cerda.