Durante el año pasado, 34 adultos mayores murieron en el hogar Cordillera de Los Andes, de Puente Alto.
El recinto depende del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama).
La fiscalización se centró en verificar el estado del hogar y si las medidas que adoptaron el Senama y la nueva administración se están cumpliendo.
La Seremi Metropolitana de Salud realizó una fiscalización en el hogar de ancianos Cordillera de Los Andes, de Puente Alto, donde el año pasado murieron 34 personas, cifra superior al promedio de personas que fallecen en este tipo de recintos.
El centro, dependiente del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), denunció al Ministerio Público cinco casos en que existían dudas respecto a los fallecimientos, tras lo que se puso fin a la administración de la Fundación Amsca, que estuvo a cargo desde julio de 2015.
La fiscalización se centró en verificar el estado del hogar y si las medidas que adoptaron el Senama y la nueva administración se están cumpliendo.
El director del Senama, Rubén Valenzuela, comentó que "hemos solicitado durante este último tiempo distintas fiscalizaciones a la Seremi de Salud, no solamente en este hogar, sino que en todas los hogares del país dependientes del Senama, de los 13, y hemos vuelto a solicitar una nueva fiscalización a la Seremi de Salud entendiendo la preocupación que tiene la opinión pública sobre los programas de cuidado".
Valenzuela también aseguró que "hemos hecho todos los cambios necesarios para que los adultos mayores que están viviendo en residencias de Senama tengan el respeto irrestricto a los derechos humanos que estas personas requieren".
Relato de uno de los afectados
Pío Contreras, de 75 años y quien lleva cuatro residiendo en el hogar, fue uno de los adultos mayores que denunció la situación de "malos tratos" que vivía al interior del recinto y que evidencia la distinta realidad que viven actualmente.
"Los patrones que habían antes no se preocupaban de nada. Yo les decía: 'mire don Antonio, hay una puerta que está desclavada y hay que mandarla a arreglar, porque no se vaya a caer un abuelito'. No la mandó nunca a arreglar, se afirmó un abuelito en la puerta, se cayó y se mató", relató.
Ahora "tenemos un hogar de cinco estrellas, comemos seis veces en el día, estamos mejor que estar en la casa de uno, aunque éste es mi hogar, porque yo llegué a inaugurar aquí", añadió.
La mayoría de los adultos mayores que residen en el hogar llega hasta ese lugar por orden de un tribunal y actualmente está bajo la administración de la Fundación Familia de María.
