El médico Pablo Salinas renunció a la presidencia regional de Santiago del Colegio Médico tras haber sido cuestionado por un proceso en su contra que lo inhabilitó a ejercer cargos gremiales.
En una carta enviada a la presidenta nacional de la instancia, Izkia Siches, Salinas planteó que "mis acusadores han divulgado un proceso ético en mi contra que data de octubre de 2008, dirigido por directivos de la época, y que concluyó con un fallo cuyo contenido jamás conocí".
"El fallo en cuestión, el cual desconocía, no fue publicado en el medio de difusión del colegio -Revista Vida Médica- y tampoco registrado en ningún banco de datos de la institución, como nuestra normativa lo mandata. De todas maneras, debido al cansancio y decepción del actuar dirigencial de quienes tenían en sus manos a nuestro colegio, decidí renunciar", agregó.
Salinas explicó que el proceso se debió a que reenvió "un correo que recibí de un colega ex presidente regional, donde se mencionaban los montos de honorarios de los dirigentes nacionales y de los pagos que recibían a través de Falmed".
"Reenviar un correo, en el que además menciono mi preocupación por estos hechos, no se ajusta al nivel de sanción que recibí: quedar inhabilitado de por vida a ejercer un cargo gremial. Ese dictamen me parece, por decirlo menos, extraño en su magnitud y evidentemente inconstitucional", planteó.
El médico explicó que entre 2015 y 2017 ejerció como director de los Cuadernos Médico Sociales, cargo avalado por Enrique Paris -entonces presidente del Colegio Médico- y ratificado por la Mesa Directiva Nacional, sin ningún cuestionamiento.
"Renuncio para resguardar la institucionalidad de nuestro colegio, que en estos momentos se ha visto cuestionada por dichas conductas institucionales pasadas; para resguardar al Tribunal Nacional de Ética, que ha sido cuestionado por algunos miembros del Consejo y sobre todo para resguardar la conducción actual del Colegio", sentenció.
