El paro de funciones que por espacio de siete horas realizaron durante la pasada jornada los trabajadores del Hospital de Urgencia de la Asistencia Pública (ex Posta Central) volvió a poner sobre el tapete la crisis del sisteme público de salud.
Los funcionarios de la Federación Nacional de los Trabajadores de la Salud (Fenats) del recinto fueron enfáticos en acusar un "colapso" del recinto por la sobrecarga de pacientes y la inexistencia de los insumos mínimos para atenderlos.
Desde la dirección de recinto, Emilio Villalón atribuyó el episodio al aumento de las enfermedades estacionales y a la reducción del número de camas (50) a raíz de la intervención que se hizo tras la detección del brote bacteriano.
|
No es raro que pacientes deban esperar seis y hasta 12 horas por atención, dicen los trabajadores. (Foto: UPI) |
Sin embargo, lo ocurrido ayer no es una excepción, como lo reconoce el propio director del Servicio de Salud Metropolitano Central, Nibaldo Mora, quien afirma que "el sistema público está igual en todos lados: saturado".
Lo de ayer "se puede llamar colapso, sí; hay colapso cuando aumenta la demanda más allá de la capacidad que tiene una institución" y eso es lo que se ve en la ex Posta Central.
Tanto en éste como en otros recintos, debido a la sobredemanda "estamos sacando todo al sector privado, donde tenemos convenio, donde las camas valen más o menos lo mismo que en este servicio", indicó Mora, que resaltó la importancia de "resolver el tema" y afirmó que "estamos en condiciones de ir resolviéndolo".
Esperas eternasOtro de los recintos emblemáticos de atención de urgencia en la capital es la Posta 3 del Hospital San Juan de Dios, donde dicen vivir también una situación crítica.
"Los pacientes esperan horas: pacientes en el pasillo, pacientes en silla de ruedas, porque el sistema está colapsado; ése es el panorama", dijo a Cooperativa Georgina Cortés, presidenta de la Asociación Nº1 de funcionarios del recinto.
La dirigente explicó en orden a optimizar los recursos primero se atiende a los pacientes más graves, y lamentó que "los pacientes que están menos graves esperan horas y horas para poder ser atendidos. Seis horas, ocho horas, 10 horas o 12 horas" no son un tiempo excepcional.