El Hospital Militar de Santiago fue condenado a pagar una millonaria indemnización por negligencia en la atención de una paciente que sufría un accidente vascular encefálico (AVE) y quien, producto de la "inaceptable falta de rigor y diligencia" del recinto, quedó con secuelas neurológicas permanentes.
El caso se remonta a una atención médica brindada por la institución el 9 de abril del año 2016, cuando la mujer afectada, Déborah Quinteros, ingresó al servicio de urgencia bajo el diagnóstico de AVE, confirmado luego por un scanner practicado por el mismo recinto, pero que después, de forma inexplicable, fue desestimado por el neurólogo de turno.
Acto seguido, la paciente fue dada de alta y enviada a su domicilio el mismo día con tratamiento de paracetamol, pese al claro diagnóstico de que estaba cursando un accidente vascular. La negligencia le impidió recibir un tratamiento rápido y oportuno, por lo que sufrió graves y permanentes daños neurológicos.
Por ello, en fallo unánime, la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago condenó al hospital a pagar a Quinteros y su grupo familiar una indemnización de 370 millones de pesos, elevando de paso la suma que había fijado en primera instancia el Sexto Juzgado Civil de Santiago, de 80 millones de pesos.
El fallo consideró "inaceptable" la "falta de rigor y diligencia" de los facultativos a cargo, lo cual configuró, a su juicio, "una falta de servicio por parte del Hospital Militar de Santiago que resultó dañosa para Déborah Quinteros, quien al no haber recibido oportunamente un diagnóstico correcto, y consecuencialmente, un tratamiento oportuno, padece afecciones y secuelas físicas y psicológicas".
Desde la familia su abogado Benjamín Pupkin valoró la sentencia del tribunal de alzada y espera que "siente un importante precedente", ya que, reprochó, "no es posible considerar que el daño moral que sufre una persona y, consecuencialmente, todo su grupo familiar, producto de una grave negligencia médica, que se traduce en un daño físico o psicológico permanente, pueda ser resarcido con montos tan escuálidos como los que se han venido aplicando por nuestros tribunales".
"Es hora de que nuestros tribunales superiores de justicia eleven de una vez por todas el estándar de las indemnizaciones por daño moral, ajustándolas no sólo a parámetros internacionales, que contemplan montos muy superiores, sino también, al real impacto que significa para una persona quedar con un daño físico o neurológico de por vida", enfatizó.
Tras este fallo de segunda instancia, el letrado también espera que "sirva para aliviar, al menos en parte, el enorme sufrimiento que ha tenido que soportar esta familia producto de un error médico inexcusable".
En detalle, el tribunal de alzada santiaguino condenó al Hospital Militar al pago de 150 millones para Déborah Quinteros, 75 millones para su cónyuge, Exequiel Cabrera, 30 millones de pesos para cada uno de sus cuatro hijos menores de edad y 25 millones para su madre.