El recinto comenzó a funcionar el viernes y en la víspera los trabajadores iniciaron un paro indefinido.
Las acusaciones fueron refrendadas por el diputado DC Ricardo Rincón.
La directora admitió que tras la apertura se vivió una "situación caótica".
A menos de una semana de que comenzara a funcionar -el viernes pasado- el nuevo Hospital de Rancagua, sus trabajadores iniciaron un paro indefinido de funciones denunciando falta de insumos, problemas sanitarios y de diseño.
"Se está entregando una pésima atención porque faltan funcionarios, no hay insumos ni un sistema computacional acorde con las necesidades del servicio", dijo al diario La Tercera el dirigente Jorge Faúndez, quien explicó que estas fallas han impedido entregar recetas médicas, programar horas y revisar fichas de los pacientes.
Faúndez dio cuenta de un escenario "caótico" y señaló que, por ejemplo, en el Servicio de Urgencia "no tienen sábanas ni frazadas para los pacientes". Bajo dicha presión algunos funcionarios incluso han terminado "llorando", contó.
Las acusaciones fueron confirmadas por el diputado de la DC Ricardo Rincón: "Hay una serie de deficiencias que si el traslado (de los pacientes) no hubiera sido con tanta premura y se hubiera postergado hacia fin de año se podrían haber evitado".
La directora del Hospital, Sonia Correa, reconoció a La Tercera que tras la puesta en marcha se produjo una "situación caótica" e indicó que mientras se normaliza la operatividad, al menos durante esta semana, no se recibirán pacientes nuevos.
