Un grupo de profesionales lucha por salvar el servicio de neurosiquiatría infantil del Hospital San Borja, centro de referencia nacional de la especialidad y cuyas dependencias fueron destruidas completamente por el terremoto del 27 de febrero de 2010.
Tras la catástrofe, los especialistas siguieron atendiendo, incluso con colchonetas en el suelo. Sin embargo, actualmente sufren por compromisos incumplidos, por lo que anuncian que acudirán a la Organización de Naciones Unidas.
Hasta este servicio, con 72 años de historia, llegan todos los niños del país con trastornos neurológicos y siquiátricos, lo que da una cifra de 30 mil pacientes al año, a quienes atienden de la mejor forma posible dentro de estas condiciones.
El neurólogo infantil Guillermo Guzmán explicó que por la precariedad del recinto "aumenta el tiempo de espera y además va aumentando una lista de espera de pacientes que esperan una evaluación en un centro de alta complejidad y la autoridad ha sido bastante insensible en relación a nuestros pedidos básicos".
"De haber tenido cortinas, las ventanas las tapé yo mismo con papel craft y scotch, y puertas, porque no tenemos puertas en nuestros box de atención, por lo tanto, si tú llevas a tu hija a nuestro policlínico, y para examinarla tiene que sacarse ropa, van a estar mirando todos desde los otros box", agregó el médico.
Críticas a nuevo proyecto
Después de realizar manifestaciones pudieron sacar adelante un proyecto, pero reclaman que el director del centro asistencial se los modificó y que está dispuesto a ofrecer una nueva propuesta.
El proyecto les permitía disponer de las atenciones básicas, pero aseguran que el director Claudio Robles se los cambió de un día para otro eliminando dos salas de atención, las que ya habían sido reducidas de 27 a 23.
Con esto, serían 7.000 pacientes menos al año y significaría el aumento en las listas de espera en hasta seis meses por una hora médica. También acusan que habría una disminución de las salas de espera de los niños y padres y modificación en las vías de evacuación.
Señalan que estas medidas son para no afectar el servicio de pensionados, donde se atienden los pacientes particulares que pueden pagar.
Elizabeth Hernández, madre de una paciente de este servicio y denuncia que "es re complicado entrar al lugar, es complicado llegar a la recepción, es complicado entrar a los boxes, porque en realidad en cada box atienden dos personas, entonces, está una doctora con un niño, si llega otro, llaman a otro y se pone en el mismo box".
"El nuevo proyecto les va a ser tan reducido como el que tenemos en este minuto", reclamó la afectada.
Acusan poca ayuda
La preocupación en los profesionales del servicio aumenta, ya que el 95 por ciento de los pacientes corresponden al tramo Fonasa indigente, y por ende, los niños no tienen otro servicio al cual acudir.
Los especialistas solicitaron ayuda al ministro de Salud, Jaime Mañalich; a los parlamentarios, a los gremios, pero explican que nadie los ha querido ayudar. Incluso llegaron hasta la Corte Suprema, pero tampoco pasó nada.
El único apoyo que han tenido es una asesoría jurídica del Instituto Nacional de Derechos Humanos y como no tienen respuesta, estudian acudir a la Comisión de Derechos del Niño de las Naciones Unidas para obtener alguna solución, porque aseguran que hay vulneración de derechos.
El director Claudio Robles señaló que la demora en la construcción tras el 27-F fue principalmente por temas de financiamiento y aseguró que está por el diálogo y que no hay por qué llevar la situación a caminos de judicialización.
Por eso, dijo estar dispuesto a entregar una nueva propuesta para encontrar la solución y agregó que "tenemos que mirar la mitad del vaso lleno, versus el vacío. Este es un proyecto fantástico, estamos probablemente en un detalle empantanados".
"Nosotros vamos a ofrecer una tercera propuesta y la verdad es queremos ofrecer una propuesta que tenga salida y que tanto los niños como los adultos de este Hospital, especialmente los de salud mental, no tengan ninguna duda que hemos trabajado intensamente por ellos", añadió Robles.
Claudio Robles señaló que la propuesta comenzará a discutirse este martes, por lo que llamará a los padres y profesionales del servicio para ver si después de tres años, la reconstrucción llega definitivamente para el mayor centro de neurosiquiatría infantil del país.