Conciente de ser el primer ministro de Salud en completar su período desde el retorno de la democracia en 1990, Jaime Mañalich analizó las luces y sombras de su gestión señalando además que su sucesora en el cargo, Helia Molina, le solicitó que las cuestionadas concesiones hospitalarias que terminarán con la llegada de Michelle Bachelet al gobierno, quedaran avanzadas "lo más que pudiera".
Según Mañalich, la futura titular de Salud le pidió que dejara avanzada la concesión del mayor número de hospitales, para "que así ellos actúen en base a hechos consumados" y no comprometan a la Presidenta Michelle Bachelet, que anunció el término del modelo de concesiones hospitalarias.
De acuerdo a lo citado por El Mercurio, el actual ministro lamenta igualmente que aunque es positivo que las nuevas autoridades hagan un esfuerzo por formar equipos de trabajo, esto se haga con "una suerte de menosprecio a las personas que están instaladas y que son muy buenos técnicos, incluso personas de sentimientos concertacionistas".
Ante esto recordó que con la llegada de Sebastián Piñera al poder se actuó de modo diferente y la mayoría del personal de la cartera que venía de años en el cargo "nosotros la mantuvimos, aunque venía del gobierno anterior. Y (ahora) ya le dijeron que no puede seguir en la pega", cuenta Mañalich.
Destacados y pendientes
En cuanto a los logros y los fracasos de su administración a cargo de los 120 mil funcionarios y 183 hospitales públicos y centros de atención del país, Jaime Mañalich destacó entre otros puntos el fuerte incremento en materia de inversión estructural aunque también admitió sentimientos encontrados por la truncada reforma a las Isapres y no haber conseguido aún más financiamiento para la atención primaria.
En su estilo, el ministro considera "una verdadera esquizofrenia" que no se pague a los consultorios según sus resultados, lo cual de acuerdo a su visión permitiría obtener mayor eficiencia en el gasto.
Sobre el tema de las Isapres, afirmó que le preocupa que estas "no se hayan allanado a una reforma que les da viabilidad", donde lo ocurrido "con la salida de Colmena de la asociación y la venta de Cruz Blanca, generan una incertidumbre muy grande".
Por ello, recomendó al nuevo gobierno tomar una definición pronta sobre una reforma al sector, considerando que suman tres millones de beneficiarios en todo Chile.
Entre sus éxitos, Mañalich además de referirse a leyes y programas como el Control del joven sano y las normas de Postnatal de seis meses, Tolerancia cero y Antitabaco, valoró que se lograra pasar desde 200 millones de dólares en infraestructura de salud a 600 millones, sin contar las mencionadas concesiones hospitalarias.
También aunque admite la carencia de especialistas como un tema presente, asegura que la Telemedicina permitió reducir en algo esta ausencia.
"Me pasarán la cuenta"
Aunque no tiene antecesores desde 1990 que hayan completado su período, Mañalich sabe que los conflictos gremiales existieron y ahora que deja su cargo irán por su cabeza, incluso ante la justicia.
"Me pasarán la cuenta a partir del 12 de marzo, seguro. Y tienen que pasarme la cuenta porque uno en una gestión así, fuerte, dura, genera muchos conflictos. Y algunos de ellos están instalados. O sea, hay querellas...", anticipó.
"Hay huellas de peleas muy importantes" recordó Mañalich quien dice que aunque logró limar asperezas con el Colegio Médico, las disputas con otros gremios como la Fenpruss (Federación de profesionales no médicos) y las propias Isapres han dejado "heridas".
Así, sin aspiraciones políticas ni certezas sobre su futuro profesional, Jaime Mañalich dice cerrar un ciclo que califica como "una buena culminación de carrera", pero que dado que aún no tiene 65 años para jubilar, deberá dar "un paso más y buscar pega".