El ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo este jueves a Cooperativa que las "presiones de la industria farmacéutica" han conspirado contra la nueva ley de fármacos y bioequivalencia, para demorar su tramitación en el Congreso.
Durante la pasada jornada la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados aprobó la posibilidad de fraccionamiento de medicamentos en recintos farmacéuticos (para que el paciente compre sólo las dosis requeridas) y la autorización de venta de remedios que no requieren de receta médica en establecimientos del comercio, que modifica el Código Sanitario en materia de regulación a las farmacias.
"Es altamente probable que esta 'Marcha de los enfermos' del día domingo haya sensibilizado a los parlamentarios para, en definitiva, aprobar esta ley, que había demorado tantos meses en discutirse, precisamente –lo digo con toda honestidad- por las presiones de la industria farmacéutica para que no se legislara en esta medida", dijo Mañalich a El Diario de Cooperativa.
"Ciertamente este proyecto va contra la concentración del mercado, del abuso a los pacientes, a la colusión de precios y todos los fenómenos que, sabemos, hoy día ocurren en la entrega de medicamentos en Chile", añadió el ministro.
Mañalich destacó que la iniciativa "significa una disminución del costo de los medicamentos del orden del 30 por ciento para los bolsillos de las familias" en el caso de los "medicamentos que requieren receta médica y que están, fundamentalmente, destinados al manejo de enfermedades crónicas".
Cada día más cerca
"La 'Marcha de los enfermos' estuvo muy concentrada en el acceso a fármacos, que es un problema muy cierto del hoy: antes los medicamentos se usaban por un tiempo corto, para una enfermedad aguda, pero hoy día prácticamente toda persona mayor de 40 ó 50 años requiere un medicamento y a veces más de un medicamento todos los días, y esto representa, según los estudios de la OCDE y nuestros propios estudios, un gran gasto de bolsillo de las familias, que afecta, sobre todo, en forma regresiva, a las familias más pobres, que tienen que destinar una parte significativa de su pensión al acceso a medicamentos", planteó el secretario de Estado.
Lo positivo es que "la ciudadanía y quienes marcharon el domingo están cada vez más cerca de tener una respuesta satisfactoria para poder disminuir sus gastos en medicamentos, lo que para nosotros es algo muy relevante".
"Este proyecto ya fue votado y aprobado con amplia mayoría en el Senado, tanto en la Comisión de Salud, como la de Hacienda y Constitución, y fue aprobado por la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y, ayer, la Comisión de Hacienda (de la Cámara Baja). El próximo martes esperamos que se apruebe en Sala y con eso pasaría a tercer trámite constitucional. Eso significa que el Senado tiene que aceptar los cambios que le introdujo la Cámara de Diputados y, eventualmente, podríamos tener la ley aprobada durante el próximo mes. Eso sería una gran noticia", concluyó Jaime Mañalich.
La opinión de los parlamentarios
Tras el voto en la Comisión de Hacienda, el diputado UDI Javier Macaya destacó los avances que supone "la venta de medicamentos en góndolas, la posibilidad de que la receta médica imponga la obligación de prescribir genéricos, entre otras materias que han sido muy sensibles y muy debatidas".
"Yo creo que es fundamental que se demuestre de qué manera los usuarios son beneficiados. Yo estoy convencido de que medidas que aumentan la competencia y generan mayor información para los usuarios van a permitir hacer de este proyecto de ley un beneficio final para los usuarios en cuanto a costo de los medicamentos", dijo Macaya.
La venta de remedios en góndolas fue criticada, sin embargo, por el PPD Enrique Accorsi, miembro de la Comisión de Salud.
"La Comisión de Hacienda tiene una posición económica. Se pusieron a legislar en materias que ellos desconocen absolutamente", dijo Accorsi.
El legislador recordó que "el propio Ministerio de Salud contrató a una comisión de expertos, que le costó alrededor de 36 millones de pesos, y lo que dice el informe de esa comisión es clarito: no recomienda la venta de medicamentos en supermercados ni en tiendas de conveniencia, porque Chile no está preparado sanitariamente".
Con dicha posibilidad "iba a haber mucha automedicación e intoxicación", alertaba el informe, según Accorsi.