En medio de la ola de calor que afecta a la zona central del país y en plena época de paseos previo al inicio de las vacaciones, es importante saber cómo actuar frente a un caso de accidente por inmersión, en piscinas, lagos o ríos.
Verónica Collao, docente de la Escuela de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central y experta en primeros auxilios, advirtió que quienes tienen una mayor tasa de accidentabilidad son los lactantes y adolescentes.
Además, estimó que el 98 por cierto de los accidentes por inmersión se produce en agua dulce (piscinas, lagos, ríos, bañeras y baldes de agua), y sólo el 1-2 por ciento en el mar.
Clave es nunca dejar al accidentado en el agua y siempre sospechar de lesión cervical, por lo que se debe movilizar lo menos posible hasta que llegue asistencia especializada.
¿Qué se debe hacer en caso de un accidente?
La docente explicó paso a paso qué medidas de primeros auxilios se deben tomar, siempre tratándolo como un traumatismo enfalocraneano:
Siempre suponer que la persona se golpeó la cabeza y movilizarlo sujetando firmemente su cabeza y mandíbula.
Sacar al accidentado del agua y verificar si responde o respira, observando el movimiento de su tórax o sintiendo la respiración nasal. Si respira, llamar al 131, para que sea trasladado a un centro asistencial.
Si el auxiliador está solo y el niño no responde o no respira: colocarlo en una superficie dura y comenzar con compresiones a una frecuencia de 100-120 por minuto en la zona entre las mamas durante 2 minutos.
Si el auxiliador está acompañado: el primer auxiliador debe llamar al 131 y la otra persona debe colocar al accidentado en una superficie dura y comenzar con las mismas compresiones.
Una compresión adecuada debe deprimir al menos 4 cm en lactantes y 5 cm en niños mayores de 2 años.
Si el niño respira: parar la compresión, abrigarlo con alguna manta y esperar el auxilio médico.
Si el niño sigue sin respirar ni responder: continuar las compresiones hasta la llegada del personal médico.
La experta recomendó que si la persona cuenta con conocimientos de Reanimación Cardiopulmonar (RCP), puede realizar respiraciones boca a boca, "si no, es mejor realizar una compresión adecuada para asegurar un flujo sanguíneo apropiado".
