Médicos critican el efecto que se podría provocar en el Programa Nacional de Inmunizaciones.
Además, acusan que los parlamentarios no consideraron a la comunidad científica para la elaboración de la iniciativa.
Este miércoles, la Cámara de Diputados despachó el proyecto de ley.
El salubrista y pediatra de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, Jaime Cerda, criticó en Una Nueva Mañana la aprobación del proyecto de ley que prohíbe el timerosal en las vacunas para niños, mujeres embarazadas y adultos mayores, ya que se realizó de espaldas a la comunidad científica y con presunciones que no se basan en evidencia alguna.
Las sociedades científicas como la Sociedad Chilena de Infectología, la Sociedad Chilena de Pediatría y organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud hemos sido claros y enfáticos en decir que la evidencia científica disponible descarta una asociación entre el compuesto timerosal y el autismo.
Para nosotros resulta francamente incomprensible, el porqué los parlamentarios -desoyendo todos los consejos de la comunidad científica- han apoyado este proyecto que nos parece absolutamente irracional.
Aquí se produce una especie de vicio donde se intenta empatar evidencias, por poner una cifra, 10 artículos a favor tuyo y 10 artículos a favor mío, y en ciencia las cosas no funcionan así.
El efecto más inmediato es que el Programa Nacional de Inmunizaciones va a tener que incurrir en un gasto extremadamente alto o mucho más alto que el actual para comprar específicamente una vacuna que no contiene este compuesto.
Absolutamente. De hecho, las vacunas que proporciona nuestro Programa Nacional de Inmunizaciones son eficaces y seguras. Cualquier decisión en el cambio en el esquema de vacunación definitivamente no tiene que pasar por una discusión parlamentaria, tiene que pasar más bien por una discusión de expertos de la comunidad científica.
El cambio principal es para la vacuna que se llama pentavalente que protege contra cinco enfermedades, que son difteria, tétanos, tos convulsiva, hepatitits B y haemophilus influenza B; esa vacuna pentavalente no podría ser utilizada a la luz de la aprobación de esta ley, de modo que tendría que cambiarse por otra formulación que vale muchísimo más cara.
Yo no puedo descartar, aunque no puedo afirmar, que haya algún laboratorio detrás de todo esto, porque evidentemente al laboratorio le conviene que el Gobierno tenga que comprar esta vacuna más cara.
Al año en Chile nacen 240 mil niños. Si se pone esta vacuna a los dos, cuatro, seis y 18 meses, imagínese la cantidad de dosis de vacunas que compra nuestro programa de inmunizaciones.
Para mí sería una alternativa válida. Hubo muchas instancias de discusión de esta ley. Tengo la sensación de que se legisló muy de espaldas a la comunidad científica, a la opinión de los expertos y los diputados han tomado una decisión absolutamente errada, a nuestro juicio, y que nos tiene bastante sorprendidos a quienes trabajamos como médicos.
Es una decisión que nos deja bastante tristes y preocupados, por cuanto una decisión de carácter absolutamente técnico fue tomada en el Congreso Nacional, donde estoy completamente seguro que la gran mayoría de los parlamentarios no conocen los bemoles técnicos de este asunto.
Encuentro que hay un daño que es bastante difícil de medir, pero es algo de lo cual se habla y tiene que ver con la confianza que la gente pone en las vacunas. Creo que aquí gratuitamente se le ha dado una especie de bofetada al Programa Nacional de Inmunizaciones sin ninguna causa, se está estigmatizando una vacuna que se ha utilizado durante mucho tiempo y en forma bastante exitosa en Chile.
El timerosal es un compuesto que se utiliza para prevenir el crecimiento de bacterias y hongos en las vacunas. Es un preservante que se usa para que el producto no sufra contaminación.
