Personal de Carabineros, en conjunto con el municipio de Santiago y la Delegación Presidencial Metropolitana, desalojó un terreno compuesto por seis casas subdivididas en más de 30 inmuebles que eran subarrendados en el Barrio Yungay, sitio que era denominado como "ciudad de Dios".
Se trata de un terreno en la manzana compuesta por las calles Cautín, San Pablo, Cumming y Martínez de Rozas, donde existían "arriendos extorsivos", ya que las personas que vivían en el lugar denunciaban que pagaban meses por adelantado y que se les subía el precio de manera unilateral.
Los vecinos, en tanto, acusaban la concurrencia de tráfico de drogas, prostitución, como también se vinculan cinco homicidios.
"El lugar que teníamos con la mayor ocupación, el lugar más peligroso que se había identificado en la comuna de Santiago, un espacio que tiene cinco homicidios solamente entre el año 2023 y el 2024, y por tanto era un lugar fundamental de poder recuperar", detalló la alcaldesa Irací Hassler.
"Estamos hablando de seis casas que además tienen conexiones internas, algunas de ellas con reforzamientos metálicos, es decir, un lugar que estaba no solo tomado, sino que además vinculado a situaciones tan graves como los homicidios, parte también de las investigaciones", añadió.
"Teníamos una asociación de delitos violentos muy complejos en este espacio. Éste es el sector más rojo en términos de homicidios, de armas de fuego, de tráfico y microtráfico. Sabemos que no es el único, pero es uno de los más grandes, por eso es que había sido un dolor de cabeza para toda la comunidad hace más de cinco años", complementó Kevin Díaz, director de Prevención y Seguridad Comunitaria de Santiago.
Cabe resaltar que se trató de un desalojo y no un allanamiento, por lo que no se encontró droga ni armamento en el lugar. En total, 50 adultos y 22 menores de edad fueron sacados del sitio.
La delegada presidencial Constanza Martínez indicó que "se hacen allanamientos muchas veces que son procedimientos judiciales de investigación penal, y que luego había otras bandas u otras personas o los mismos residuos que quedaban de las bandas, que seguían haciéndose del espacio, seguían operando".
"Son terrenos grandes que están subdivididos al interior, son más de 25 a 35 casas al interior sin condiciones de habitabilidad, con un nivel de peligro para las personas que viven ahí muy grande; y que además tenían guardias, cámaras, búnker al interior, que tenían subdivisiones que se coordinaban entre sí, lo que ayuda mucho a poder ocultar armas, ocultar drogas, generar incivilidades", remarcó.
