El diputado Raúl Soto (PPD), que representa a la Región de O'Higgins en la Cámara Baja, pidió que el Ejecutivo evalúe imponer un estado de excepción a nivel nacional, ante el secuestro del empresario Rudy Basualdo en Rancagua.
A juicio del parlamentario, este hecho -que culminó con el rescate de la víctima este viernes- da cuenta de que "llegó la hora de actuar con mano dura y firme para frenar esta situación".
"Por eso pedimos al Gobierno extremar las medidas, evaluar un estado de excepción constitucional a nivel nacional, que esté bien focalizado, bien dirigido y bien regulado y de esa manera, desescalar esta ola de violencia y delitos", planteó el oficialista.
Como los implicados en el caso son todos extranjeros, también recomendó desplegar una "operación rastrillo", en que las policías se dedican a identificar a migrantes indocumentados que cometen estos delitos, con el fin de expulsarlos a la brevedad.
El senador Manuel José Ossandón (RN) complementó que "los secuestros llegaron para quedarse: este año van más de 400 de estos delitos, y yo creo que no van a parar hasta que el Gobierno entienda que las cosas no se solucionan abrazando a Fiu, sino que aplicando mano dura y penas que se cumplan de verdad".
"NO ES UN DELITO COMÚN", ALERTA CARABINEROS
El coronel de Carabineros Miguel Ángel Castro, líder de la Unidad de Secuestros de la institución, advirtió que "no es un delito común, es muy complejo de poder investigar, y requiere de mucha logística por parte de los grupos organizados", que deben ser "muy organizados" para llevarlos a cabo.
"Una característica del chileno es que es una persona confiada, que entrega mucho su información y muchas veces, le gusta ostentar lo que tiene, y lógicamente, todos estos perfiles son extremadamente beneficiosos para la organización", observó el exjefe del OS9.
Expertos sostienen que este delito, de origen extranjero, apareció en Chile con mayor potencia en 2005, radicado en el mundo del narcotráfico, y que disminuyó gradualmente hasta hace tres años, cuando volvió a reportarse de manera más frecuente, y no siempre en relación con las drogas.
En el escenario actual, especialistas ven al menos tres deficiencias en la persecución: falta de coordinación con todos los organismos vinculados en la negociación, filtración de antecedentes por medios de comunicación, dificultando el desarrollo de los casos, y excesiva transparencia de las investigaciones, que puede dar más información a los captores.