Vecinos de sectores rurales de la comuna de Padre Hurtado, en la Región Metropolitana, están desde el pasado 13 de octubre con una alerta sanitaria que les tiene prohibido tomar agua de la llave y menos usarla para cocinar en sus casas, sólo sirviendo para bañarse y lavar la loza.
La medida se debió a los altos niveles de nitrato en el agua, el cual es de 104 miligramos por litro, el doble de lo permitido.
Hay al menos 2.000 vecinos afectados por este drama sanitario en las zonas rurales de Las Brisas, Los Álamos, Esperanza y Santa Luisa.
El suministro de agua de estos ciudadanos es a través del sistema de agua potable rural, el que está fallando, recibiendo en Los Álamos bidones de agua potable por parte del municipio.
"De repente voy a buscar a Maipú, donde mi mamá, en bidones, porque el agua ahí que pusieron los containers es mucho cloro. Entonces, ¿qué saco si tampoco se puede tomar?", expresó una vecina.
Sobre la construcción de una copa de agua que sería la solución, María Cecilia Muñoz, también vecina de Los Álamos, sostuvo que "para fin de año (estará la solución), 31 de diciembre. ¿Cómo vamos a esperar hasta fin de año estar acarreando agua, pesados los bidones?".
Mientras que la residente Margarita Martínez acusó a la planta Trebal. "Ahí purifican el agua y eso va a todo a la zona urbana y aquí, en la zona rural, tocamos todo lo que es desecho. Para mí eso es la contaminación, Trebal, que es Aguas Andinas".
Seremi de Salud: Restricción tiene énfasis en la población pequeña
Por su parte, desde la Seremi de Salud Metropolitana se limitaron a emitir una declaración sobre el hecho.
"Está restringida para el consumo de agua, restricción que principalmente tiene énfasis en la población pequeña, en los niños, principalmente menores de dos años. La escuela se abastece de agua que es de este pozo, por lo tanto, la medida se decreta para ellos también y, por lo tanto, se prohíbe el consumo de agua para los niños y también para la elaboración de alimentos", detalló habla el jefe de acción sanitaria, Omar Cáceres.
Los vecinos expresaron dudas respecto a desde cuándo el agua está contaminada y, por ahora, sólo esperan la construcción de una copa que les devolverá el agua potable y que se estima que esté completa el 31 de diciembre.