Enfrentar la situación es uno de los desafíos actuales de la Delegación Presidencial de Tarapacá.
En el Congreso hay dos proyectos para aumentar las penas.
Según CGE, en la Región de Tarapacá han ocurrido 59 episodios de robos de cables en distintos puntos.
El robo de cables de cobre es un delito que se mantiene en alza en el norte de Chile, donde incluso poblaciones y comunas completas han quedado sin suministro eléctrico por los efectos que genera en la población.
El gerente de Comunidades de la empresa CGE, Percy Avendaño, detalló que a la fecha, en la Región de Tarapacá "se ha registrado 59 episodios de robo de cables en diferentes puntos", lo que se suma a los "21 mil metros de cables de cobre que han sido sustraídos durante los últimos meses".
Según informó, el foco de dichos ilícitos está en las comunas de Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte y en el sector de Pica, enfatizando que estos "han sido recurrentes en la Región de Tarapacá", afectando a líneas de media tensión "que entregan servicios energéticos estratégicos, puntos muy neurálgicos o importantes", como de camino al Aeropuerto de Iquique y "en líneas que generan el agua potable para la región" en Pozo Almonte.
En la víspera, Carabineros encontró un taller clandestino en Alto Hospicio que se utilizaba como acopio de más de dos toneladas de cables de cobre, cuyo valor en el mercado formal puede superar los 40 millones de pesos, pues se está pagando unos 20 mil pesos por el kilo.
El jefe de Zona de Tarapacá de la institución policial, Juan González Albornoz, explicó que "a través de diversas diligencias que realizan Carabineros, se logra detectar un lugar que funcionaba como chatarrería no autorizada -no tiene los permisos municipales correspondientes- y luego se pudo detectar una cantidad de 2.300 kilos de cobre de distinta naturaleza".
De acuerdo al uniformado, con la diligencia "se ha ido sorprendiendo cobre que es muchas veces robado en un lugar no habitado, cañerías, también conductor de cables". Por el caso, la propietaria del taller fue detenida y formalizada por el delito de receptación, quedando con arraigo nacional y firma como medida cautelar.
Además de generar cortes de energía, la complejidad en el robo de cables de cobre está en que se puede provocar incendios, pérdidas de artefactos eléctricos por el golpe de energía o incluso la muerte de una persona. Solo en Iquique este año fallecieron dos personas mientras intentaban realizar el delito.
Todo lo sucedido obligó a la Delegación Presidencial de Tarapacá a conformar una mesa de trabajo público privada, que involucra a policías, empresas y diversos organismos de la zona.
Al respecto, el delegado Daniel Quinteros destacó que el año pasado y a comienzos de este, "las urgencias estaban en los homicidios y delitos violentos (...), logrando resultados" con el trabajo articulado de estrategias.
"Ahora tenemos que enfrentar nuevos desafíos y uno de ellos tiene que ver con el robo de cables, que ha afectado a la comunidad y que tiene un potencial de afectación importante. Por lo tanto, a la delincuencia organizada la combate un Estado organizado", recalcó.
Los parlamentarios de la zona han advertido de la imposibilidad de lograr sentencias más altas para las personas que posean los cables acopiados, pues al ser detenidos son imputados por receptación y no por el delito flagrante de sustracción.
Al respecto, el diputado de Antofagasta, Sebastián Videla (independiente-PL), afirmó que "se ha visto el aumento" del robo de cables de cobre, lo que "incluso la policía lo ha comentado". Por ello, "he presentado un proyecto para tipificar como un delito mayor de este ilícito".
Así, indicó que existe otro proyecto del diputado Marco Antonio Sulantay (UDI), "al que también me he sumado: Así que hay dos iniciativas de ley que esperamos puedan avanzar rápidamente y que el Ejecutivo le ponga urgencia para terminar con este hecho delictivo", ya que "la única manera de quitarles el negocio a los delincuentes es con leyes duras y mayor fiscalización".
