Durante 2017 se registraron un total de 8.094 temblores en Chile, un 26 por ciento más respecto al año anterior (6.437) siendo el año más sísmico desde 2010, según informó el Centro Sismológico Nacional (CSN).
Del total de sismos, sólo 352 fueron percibidos y 7.742 fueron calificados como no percibidos, según la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi).
Según los expertos del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, la diferencia entre ambos no es sólo la magnitud, sino también la profundidad, además de la cercanía del sismo con los centros de monitoreo.
Estos centros en nuestro país aumentaron de 20 en 2013 a 105 estaciones que existen actualmente, lo que permite detectar y localizar sismos de menor magnitud.
El director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos, aseguró que "esta cifra anual es principalmente el resultado del robustecimiento de nuestra red de monitoreo".
"Ello nos permite detectar y observar un espectro de actividad sísmica mucho más amplio, y con mayor detalle, en comparación con los años anteriores", añadió Barrientos.
En los últimos años, en Chile hubo dos grandes terremotos: el de Illapel en 2015 y Chiloé en 2016, seguido de la secuencia de movimientos frente a las costas de Valparaíso en abril del 2017.
En Chile, por cada sismo de magnitud 7 en la escala de Richter hay aproximadamente diez temblores de magnitud 6.
Chile y el "cinturón de fuego"
Chile se encuentra en el "cinturón de fuego" del Pacífico, registrando desde la época de la colonia al menos 80 terremotos, que sólo en los últimos 60 años han causado 40 mil 733 muertos.
El "cinturón de fuego" del Pacífico está situado en las costas del océano Pacífico y se caracteriza por concentrar algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo, lo que ocasiona una intensa actividad sísmica y volcánica en las zonas que abarca.