Universidad de Chile investigará inusual actividad sísmica en la Antártica
Sensores han detectado 30 mil temblores en los últimos cinco meses, incluido el de magnitud 7,1 del sábado reciente.
Sensores han detectado 30 mil temblores en los últimos cinco meses, incluido el de magnitud 7,1 del sábado reciente.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Chile iniciará una expedición hacia la Antártica para investigar la inusual actividad sísmica que se registra en la zona durante los últimos meses.
La misión instalará instrumentos geofísicos en bases chilenas para monitorear el lugar donde se ha producido una secuencia de más de 30 mil temblores ocurridos en el Estrecho de Bransfield desde fines de agosto del 2020 y su relación con el terremoto magnitud 7,1 Richter del fin de semana pasado, el mayor evento registrado en la Antártica en los últimos 70 años.
La iniciativa, cuyo objetivo es que el país vuelva a contar con equipamiento sismológico propio en la Antártica, es organizada por la casa de estudios a través del Programa Riesgo Sísmico (PRS) y el Centro Sismológico Nacional (CSN), los que se sumarán al Instituto Antártico Chileno (INACh).
Junto al fenómeno sísmico se identificó un importante incremento de la tasa de deformación de la corteza en más de un orden de magnitud, pasando de sólo algunos milímetros por año a cerca de 15 centímetros por año.
Instrumentos ubicados en la Isla Rey Jorge lograron medir en sólo 4 meses, de septiembre a diciembre 2020, un desplazamiento de unos 5.5 cm en dirección noroeste, es decir, un alejamiento del territorio donde están ubicadas las islas Shetland del Sur de la Península Antártica.
Esta situación retomó visibilidad pública luego del sismo magnitud 7,1 Richter ocurrido el pasado sábado 23 de enero a las 20:36, evento que tuvo su epicentro cerca de la Isla Bridgeman, unos 250 kilómetros al noreste de las bases chilenas Julio Escudero, del INACh, y Eduardo Frei, de la Fuerza Aérea de Chile, ambas localizadas en la Isla Rey Jorge.
Este movimiento, junto al del 8 de febrero de 1971, son los únicos dos sismos con una magnitud mayor a 6,5 Richter registrados en los últimos 70 años.