Para el capataz de obra Juan Fernández Pasmiño el 2 de marzo de 2011 representa una fecha desgraciada.
El hombre prestaba servicios para la Empresa Conseser Limitada y para Temoexport Limitada, encargadas de restaurar las dependencias del Colegio Juan Piamarta de Talca, dañado por efectos del terremoto.
Cuenta que se le ordenó revisar la instalación de las planchas de termopanel sobre la cubierta y mientras desarrollaba esa tarea -pese a que contaba con arnés de seguridad- se precipitó al vacío.
"Me quebré 100 por ciento columna, cadera, pelvis, tobillos, muñecas y quedé postrado en silla de ruedas desde el año 2011. Hasta la fecha no he tenido respuesta por ninguna de las partes independientemente de que la Mutual me acoge como trabajador", acusa.
"En la Superintendencia también informan que soy un trabajador activo y que tengo que ser acogido a la Ley 16.744, la Ley de Accidentes Laborales", explica.
El hombre aspira a recibir una indemnización por lo que le ha tocado vivir.
Juan Fernández ha intentado cobrar una indemnización por los daños derivados del accidente laboral que le dejó postrado, sin embargo los recurrentes lo han desconocido con resoluciones judiciales a su favor, según señala su abogado, Gonzalo Baeza Ruz.
"El Tribunal estima que no existen elementos de juicio para determinar que habría una relación de subordinación y dependencia; es decir, un contrato de trabajo entre Conseser -que fue la empresa que contrató a don Juan Fernández- y mi representado. ¿La hay? Lamentablemente...", dice Baeza.
"Entendemos que la hay y así lo determinó la Mutual de Seguridad y también la Superintendencia de Seguridad Social. Es decir, hay dos órganos administrativos que lo determinaron", sostiene el jurista.
"Nadie reconoce"
El diagnóstico de Juan Fernández es politraumatizado grave, fractura costal, de la columna lumbar, de la muñeca derecha, de pelvis, de pilón tibial, lesión medular, lesión del ligamento cruzado anterior, lesión de órgano abdominal y lesión en un riñón. Hoy se controla como enfermo crónico.
"Nadie reconoce. En este momento nadie quiere reconocer, porque yo creo que no quieren pagar una responsabilidad que legalmente les corresponde, nada más. Si la empresa me dice, yo a usted no lo conozco, después de haber estado cinco o seis años trabajando o que la empresa mandante diga: 'No, este joven no cayó en el edificio, cayó en la esquinita' (son muestras de que) está tratando de rehuir las responsabilidades".
"Ahí es donde me da vuelta todo el tema, porque la Iglesia no quiso reconocer -como Piamarta-, la Temoexport tampoco quiso reconocer la relación laboral y, lo más encachado de todo es que la jueza tampoco reconoce la relación laboral", critica Juan Fernández.
Para su abogado defensor, es extraño entender que la Mutual de Seguridad le haya concedido una pensión vitalicia por invalidez total, mientras los Tribunales Laborales rechazan cualquier vínculo con las empresas. En tanto, el ex capataz sigue clamando por justicia.