Así lo determinó un análisis cuantitativo realizado por el Observatorio Judicial.
En el primer semestre de 2016, sólo uno de los 30 recursos presentados en la Corte de Apelaciones de Santiago por los empleadores se resolvió a su favor.
El 90 por ciento de los fallos judiciales se resuelven a favor de los trabajadores cuando son despedidos bajo la causal de "necesidades de la empresa".
Según El Mercurio, así lo constató el Observatorio Judicial, centro de estudios que analizó cuantitativamente las 1.076 sentencias de dictadas por el 1° y 2° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago y la Corte de Apelaciones de la misma ciudad en el primer semestre de 2016.
Así, de los 1.002 casos resueltos por los dos juzgados de Letras en dicho período en los que se invocó esta razón para justificar un despido, 903 fueron acogidos a favor del trabajador; mientras que de los 30 recursos presentados por el empleador ante la Corte de Apelaciones, sólo uno se acogió a su favor.
Esta causal "no representa, en los hechos, un instrumento real para introducir ajustes a la operación de las empresas", concluye el informe, que constata la influencia, entre otras cosas, del "carácter tutelar" del Derecho del Trabajo en esta realidad jurisprudencial, porque este hace "esperable una tendencia a favor del trabajador".
"Poco prudente"
"Esto es razonable dentro de cierto rango, es esperable que los jueces tengan una cierta tendencia en favor del trabajador, porque el derecho del trabajo justamente lo que busca es proteger al trabajador. La pregunta es si sigue siendo razonable cuando una causal tiene un 90 por ciento de rechazo", planteó al diario José Miguel Aldunate, investigador del Observatorio, y responde él mismo que "la situación actual parece poco prudente".
Los investigadores proponen una "posible vía de salida", que consiste en modificar la ley para que autorice el despido por necesidades de la empresa por consideraciones "subjetivas", tales como el bajo rendimiento o la inadecuación de un trabajador, pero sujeto a indemnización, con lo que -dicen- se "permitiría sincerar muchas de las situaciones de despido, otorgando mayor flexibilidad al empleador, pero sin renunciar a la protección del trabajador".
