Este domingo 1 de abril entró en vigor la Ley N° 21.015, que "Incentiva la inclusión de personas con discapacidad al mundo laboral".
La normativa fue promulgada en junio de 2017 y establece que, de aquí a dos años, las empresas e instituciones públicas y privadas con 100 trabajadores o más deben reservar el 1 por ciento de sus puestos de trabajo para personas en situación de discapacidad.
A la vez, suprime la discriminación salarial que existía respecto de los trabajadores y trabajadoras con discapacidad mental, derogando el artículo 16 de la Ley N° 18.600 que establecía una remuneración inferior al sueldo mínimo.
"Esto no es sencillamente dar limosna o hacer un favor, esto es dar una oportunidad para que el trabajador con discapacidad se desarrolle, como todos", dijo el ministro Nicolás Monckeberg (RN) en una actividad realizada esta mañana, en la que se dieron a conocer los alcances del texto.
Según información del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), actualmente hay en el sector privado más de 7.600 empresas que tienen 100 o más trabajadores, y que podrán habilitar más de 25.000 cupos laborales para personas con discapacidad.
En el sector público, en tanto, hay 158 instituciones (sin contemplar municipalidades ni personal administrativo de Fuerzas Armadas), que deberán habilitar alrededor de 2.500 cupos laborales para discapacitados.
La fiscalización del cumplimiento del 1 por ciento se hará con un promedio anual: las empresas tienen dos años para adaptarse, y las que no lo logren deberán hacer una donación a beneficencia.
"Nosotros llamamos a que se cumpla lo antes posible... No dejemos para el final la aplicación de esta norma, porque hay muchas personas, muchas familias que lo único que piden es la oportunidad para entrar a trabajar y quieren hacerlo lo antes posible", resaltó Nicolás Monckeberg.
"Una experiencia súper positiva"
La actividad para relevar la puesta en marcha de esta ley se realizó en la empresa Dimerc, donde hace años se cumple con la inclusión de las personas con discapacidad. Así lo contó Eduardo Núñez, ingeniero civil informático de 30 años que tiene distrofia muscular y es un de los empleados.
"Me costó mucho, fue difícil conseguir trabajo... Típico que había una oferta laboral, yo mandaba el currículum, me decían: 'Ya, está bueno , ven a vernos a la entrevista laboral' y después nada... Quedábamos hasta ahí", recordó.
Trabajar en Dimerc "ha sido una experiencia súper positiva, he encontrado un lugar en que mi discapacidad no es tema: yo vengo, trabajo, me desenvuelvo como cualquier otro trabajador", relató.