El presidente de la comisión de Productividad, Joseph Ramos, comentó en Cooperativa el informe con recomendaciones entregado este martes a la Presidenta Michelle Bachelet, el cual tiene un gran acento en el mercado laboral femenino, remarcando que como país tenemos este talento "subaprovechado".
"La ley actual de salas cuna no protege a las mujeres que trabajan en empresas con menos de 20 mujeres y, a su vez, sólo graba a las empresas que tienen más de 20 mujeres, entonces no tiene por dónde justificarse", comenzó relatando el académico, quien conversó con Lo Que Queda del Día.
Ramos precisó que "lo que estamos proponiendo es que se socialice el costo de salas cuna a toda empresa, independiente a que si es grande, pequeña, mediana e independiente si contrata mujeres o no".
"Hay un costo, y nuestra estimación es que con la participación femenina actual, esta medida costaría 350 millones de dólares al año. Cuando lleguemos a la participación de la OCDE costará 500 (millones de dólares)", apuntó.
El académico remarcó que "eso se puede financiar de distintas maneras: uno, vía mayor cotización previsional de medio punto y, de llegar a las tasas de la OCDE de 0,7. Alternativamente se puede financiar vía ingresos tributarios, o sea, reasignando recursos dentro del Estado o aumentando la tributación, por ejemplo, el IVA en un cuatro de punto, entonces es factible".
Segregación ocupacional
Ramos también criticó en Cooperativa que "hay un tema de segregación ocupacional, donde hay ocupaciones que son casi 100 por ciento mujeres, así como por el otro lado, ocupaciones 100 por ciento hombres, y lo que sucede es que gran parte de esas ocupaciones masculinas son las que pagan más y son las de más productividad".
"Lo que estamos proponiendo es que haya cupos prioritarios para mujeres en todo lo que sea capacitación Sence, Centros de Formación Técnica, Institutos Profesionales o Universidades, de tal modo que uno abra cupos (30 por ciento, por dar un número) en ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas, donde están muy subrepresentadas las mujeres, así como en oficios de la minería y la construcción", afirmó.
El académico destacó que "ha mejorado mucho (la participación laboral femenina). En el 90 estaba en 31 (por ciento) y hoy está en 48, lo que pasa es que en América Latina el promedio es 55 (por ciento) y qué decir de los países desarrollados de la OCDE, que es arriba del 60 por ciento, entonces tenemos un buen trecho que andar".
"Una de las recomendaciones que hacemos es una copia de algo que está sucediendo en Europa, en Inglaterra en particular, y que es que la mujer tiene el derecho de solicitar a su empleador jornadas parciales, jornadas discontinuas o incluso trabajo desde casa, no está obligada a la empresa a acceder pero está obligada a responder y fundamentarlo", añadió.
Ramos concluyó que "tenemos el talento femenino subaprovechado como país, es decir, si las mujeres alcanzaran una tasa de participación de los países desarrollados, 61 por ciento, habrían 900 mil trabajadores más en la fuerza de trabajo, el producto del país sería 15 mil millones de dólares más y los ingresos tributarios serían 3.000 millones más".
