La diputada Ximena Ossandón (RN) pidió que el Gobierno y su par del PC Camila Vallejo "conversen" sobre sus respectivos proyectos para reducir la jornada laboral y que eviten que la disputa entre ambas iniciativa se convierta en una "guerra".
El respaldo ciudadano y parlamentario al proyecto de Vallejo, que propone disminuir la jornada de 45 a 40 horas semanales, ha generado cierta tensión en el oficialismo, sobre todo luego de que diputados de RN, como Gonzalo Fuenzalida y Francesca Muñoz, manifestaran su apoyo en desmedro al del Ejecutivo, que ahora plantea 41 horas con flexibilidad para las empresas.
En conversación con El Diario de Cooperativa, Ossandón apuntó que "las tensiones o esperanzas son particulares" y resaltó que "el proyecto de Camila Vallejo y el que presenta el Gobierno están acorde a lo que la ciudadanía quiere, bajar las horas de trabajo (...) el mundo va a hacia allá".
En esa línea, instó que "no queremos perder esta oportunidad y buena idea de sentarnos a conversar, de que los dos proyectos conversen y lleguemos al que sea más adecuado y que no afecte la economía nacional, y , por otro lado, tenga el impacto positivo de que no se pierda este espíritu de estar más con la familia ".
"No me gustaría que esto se transformara en una guerra", afirmó.
"El del Gobierno es mejor"
Precisando que "no es que me incline por uno", expuso que "como parlamentaria que me he leído ambos, reconozco que el de Camila, la idea es buena, pero es demasiado rígido; en cambio el del Gobierno es bastante más amplio: habla de los discapacitados, conversa con el teletrabajo, es bastante más amplio; a mi gusto es bastante mejor, y habla de 41 horas. Uno tiene flexibilidad, otro no lo tiene".
No obstante, admitió que la negociación del trabajador de la flexibilidad en la iniciativa de La Moneda "no se está tomando bien y hay que mejorarlo", porque "una persona que tiene baja remuneración y no mucha capacitación, la capacidad de negociar con el empleador, más allá de un sindicato, es bastante menor".
De todos modos, subrayó que "me gustaría que en poco tiempo más estuviéramos sentados y pasara -recordó- lo de 2001, que se tomó una decisión de reducir de 48 a 45 y se implementó y puso en ejercicio en 2005", caso que da un ejemplo de "hay tiempo para que la estructura económica esté preparada" para el eventual nuevo cambio de la jornada laboral.