Los ministerios de Transportes y Salud buscan realizar un trabajo en conjunto de evaluación en el examen exigido a los futuros choferes profesionales, estudiando aumentar el número de pruebas que se le realizan a un conductor con licencia clase A, con el objetivo de disminuir la accidentabilidad producida por problemas de salud.
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Las pruebas rendidas por choferes profesionales son muy similares a las que rinde un conductor clase B.
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Al ser consultado por La Tercera, el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, aseguró que están "trabajando con el Ministerio de Salud en exámenes para profesionales de mejor nivel, pero todavía no hay nada definido. Por ahora, estamos viendo las mejores alternativas".
Hoy, el postulante que aspira a licencia clase A debe rendir un examen físico en cualquier municipalidad, donde se le realizarán pruebas visuales, una audiometría y test síquicos y sicométricos. En general, dichas pruebas son muy similares a las que rinde un conductor clase B.
Hasta ahora, lo que estarían analizando es la posibilidad de examinar perfil lipídico, realizar electrocardiogramas y exámenes renales que arrojarían resultados sobre el abuso de alcohol.
Según el subsecretario de Salud, Jorge Díaz, los beneficios de estas mejoras en los exámenes son diversos. "Hay muchas razones por las que es bueno y necesario. Una persona que tiene una diabetes mellitus, específicamente, si anda con una glicemia alterada, tiene su aparato neurosensorial alterado. Por lo tanto, el riesgo de tener un accidente es muy alto".
Hasta ahora no existen definiciones sobre el financiamiento, pero se ha analizado la idea de vincular estas pruebas al examen preventivo, al alcance de todos los usuarios de forma gratuita.