Argentinos volvieron a cortar paso fronterizo con Uruguay
La Asamblea Ambiental de Gualeguaychú tomó la medida en rechazo a la decisión de una empresa finlandesa que sólo suspenderá por 10 días la construcción de una planta de celulosa.
Vecinos y ambientalistas de la ciudad argentina de Gualeguaychú volvieron este miércoles a cortar el paso fronterizo que une esa ciudad argentina con la uruguaya Fray Bentos, en rechazo a la instalación de dos papeleras en Uruguay, que -a su juicio- contaminarán el río Uruguay.
El corte "por tiempo indeterminado" del Puente General San Martín comenzó a las 14:00 hora local (17:00 GMT) después de que los asambleístas debatieran los pasos a seguir a un costado de la carretera, confirmaron fuentes del colectivo.
La Asamblea Ambiental de Gualeguaychú adoptó esta decisión después de que el martes se suspendiera, por segunda vez en dos semanas, una reunión entre los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner, y Uruguay, Tabaré Vázquez, para tratar de superar el conflicto.
El puente que une esa ciudad argentina con Fray Bentos estuvo cortado 45 días, hasta el pasado 21 de marzo, cuando los asambleístas abrieron el paso como un gesto para allanar el camino para encontrar una solución.
Se cree que la decisión que tomada hoy por los vecinos de Gualeguaychú puede ser secundada por los de Colón, ciudad más al norte, que también mantuvieron durante más de un mes cortado el paso fronterizo con la uruguaya Paysandú en rechazo a la instalación de las plantas sobre el río Uruguay, frontera natural entre ambos países.
"En Colón también la gran mayoría de la gente quiere retomar los cortes", aseguró Luis Molinuevo, uno de los asambleístas de Gualeguaychú.
La decisión de reanudar la protesta se adoptó después de la nueva suspensión de la "cumbre" entre Kirchner y Vázquez a raíz de que la empresa finlandesa Botnia anunciara el martes que sólo está dispuesta a "congelar" por diez días las obras de la planta de celulosa que construye en Fray Bentos.
Este plazo es insuficiente para el Gobierno argentino, que había pedido que tanto Botnia como la española Ence, que construye la otra planta de celulosa en la localidad uruguaya, suspendieran las obras por 90 días para que se realizara un estudio de impacto ambiental de las industrias que en Argentina se consideran contaminantes.
Esta "repentina" decisión fue criticada por el Gobierno argentino, que también restó dramatismo a la suspensión de la reunión presidencial.
En ese sentido, el jefe del gabinete de ministros, Alberto Fernández, lamentó "profundamente" que Argentina y Uruguay "no puedan avanzar en dilucidar este tema" e insistió en que no comprende la actitud de la firma finlandesa.
Argentina sostiene que las papeleras contaminarán el medio ambiente y que Uruguay violó el Estatuto del Río Uruguay al autorizar unilateralmente su construcción, argumentos que su vecino rechaza. (EFE)