Rubén Ballesteros: Los jueces tienen derecho a pataleo
Presidente de Corte Suprema se refirió a solicitud para que el máximo tribunal pida perdón por actuación durante la dictadura.
Afirmó que este viernes el pleno analizará la petición.
Ballesteros hará declaraciones este viernes.
El presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, afirmó este jueves que los jueces hacen uso de su derecho constitucional al solicitar que el máximo tribunal pida perdón de manera institucional por sus acciones y omisiones durante la dictadura.
Es el "derecho a pataleo", reseñó el máximo representante del Poder Judicial.
Este miércoles la Asociación de Magistrados pidió perdón públicamente a través de una declaración por la "responsabilidad histórica" que le cupo en la "vulneración de los derechos básicos de la persona humana". Y también pidió un gesto similar de la Corte Suprema a 40 años del golpe de Estado.
"Mañana (viernes) hay un pleno normal y seguramente el tema que a ustedes les preocupa se va a tratar. Después de ese pleno, se trate el asunto o no, yo voy a hacer una declaración", afirmó Ballesteros.
Y ante la petición directa de los jueces respondió que "ellos pueden hacer peticiones, está en un documento de su asociación, así que veremos. Está en la Constitución Política de la República el derecho a petición o, como vulgarmente se dice, el derecho a pataleo".
Hasta ahora el único pronunciamiento de un ministro de la Corte Suprema ante esta petición fue el Hugo Dolmestch, vocero del máximo tribunal, quien afirmó que "no siento que tenga que pedir perdón".
Abogados de DD.HH.
Entre los abogados de Derechos Humanos no hay coincidencia en cuanto a la forma en que la Corte Suprema debe enfrentar su responsabilidad relacionada con las violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura.
Carmen Hertz planteó que "es absolutamente necesario que ellos reflexionen y digan qué opinan como cuerpo y como uno de los poderes del Estado el haber tenido esta obsecuencia con la dictadura y no haber salvado vidas que pudieron haber salvado".
Eduardo Contreras, en cambio, expuso que se necesita otro tipo de gestos: "Esta historia del perdón de los pecados tiene muy poca eficacia práctica. Dudo mucho de ello. La mejor manera de enmendar los fallos de la Corte Suprema de la época y la complicidad de la Corte Suprema de la época con el golpe sería designar de una vez con dedicación exclusiva a los ministros que llevan los casos de Derechos Humanos y terminar con esa patraña de la media prescripción que es solo un aporte a la impunidad".