Protesta en Australia por designación del nuevo embajador chileno
Manifestantes pidieron que se investigue a James Sinclair por su rol en la dictadura.
Entregaron una carta en el consulado en Melbourne.
Sinclair se desempeñó hasta hace poco como director de Protocolo de la Cancillería.
Un grupo de activistas se manifestó este martes delante del consulado de Chile en Melbourne en contra del nombramiento de James Sinclair como embajador en Australia por su presunto vínculo con crímenes cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
La Policía del estado de Victoria confirmó a la agencia EFE que la protesta, organizada por la Coalición Nacional de Solidaridad con Chile en Australia, fue pacífica y se desarrolló sin detenciones ni enfrentamientos.
Uno de los activistas, Luis Riquelme, dijo a la radio SBS que la protesta duró unas dos horas e incluyó la entrega de una petición para que se investigue a Sinclair.
"No salimos hasta que la Cancillería chilena dio el acuso de recibo de nuestro comunicado", aseguró Riquelme.
El nuevo embajador, nombrado el mes pasado por el Gobierno de Michelle Bachelet, ha sido relacionado con la destrucción de 31 documentos secretos que vinculan al régimen de Pinochet con las operaciones Colombo y Cóndor, así como los atentados contra Orlando Letelier, en Estados Unidos, y contra Carlos Prat y su mujer en Argentina.
Además de la protesta contra Sinclair, la comunidad chilena y latinoamericana en Australia ha convocado el 21 de junio otra movilización para presionar a favor de la extradición de Adriana Rivas, ex secretaria del jefe de la policía secreta de Pinochet, Manuel Contreras.
La Justicia chilena ha solicitado a Australia la extradición de Rivas por su implicación en la desaparición de un alto dirigente comunista en 1977.
El caso de Rivas fue llevado la semana pasada al Parlamento australiano, donde el portavoz del opositor Partido Laborista, Mark Dreyfus, y cuya mujer es de origen chileno, presentó una carta con 600 firmas pidiendo la extradición.
Rivas, quien reside en Sidney, defendió la tortura como una medida "necesaria" para extraer información y "quebrantar a la gente", en una entrevista en la SBS.