Adriana Rivas, ex agente de la brigada Lautaro de la DINA, defendió la tortura como método para extraer información y consideró la época de la dictadura como los mejores de su juventud.
Rivas, quien reside en Australia, concedió una entrevista a la radio SBS con ocasión de los 40 años del golpe militar. En ésta indicó que las torturas eran "un secreto a voces", y las definió como técnica "necesaria" para "quebrantar a la gente".
La mujer, quien fue secretaria de Manuel Contreras, aseguró, en todo caso, que nunca presenció estos apremios porque no soporta el sufrimiento humano.
Al ser preguntada por el paradero de los más de 1.000 detenidos desaparecidos contestó que es algo que nunca se sabrá: "Si está muerto, está muerto. ¿Dónde están? No se sabe", dijo la ex agente, que acusó a los jueces de beneficiarse de los procesos judiciales vinculados a las violaciones de derechos humanos.
Rivas contó que se casó en 1978 y viajó con su marido a Australia, donde se estableció. En 2006 regresó a Chile para asistir al matrimonio de una sobrina y poco después fue detenida por su supuesta implicación en el caso "calle Conferencia", operación de asesinato de los miembros de la dirección clandestina del Partido Comunista en 1976.
Tras pasar detenida unos meses le concedieron la libertad condicional con la prohibición de salir del país. Fue una temporada difícil en la que vivía de la pensión de su madre y de la ayuda que le enviaba su familia porque no podía trabajar.
Un día, cuando evaluaba la posibilidad de quitarse la vida, una amiga cercana de Australia que viajó a Chile la ayudó para regresar a Sidney a través de Argentina.
Al hacer una retrospectiva de su vida, Rivas -que se declaró inocente de los delitos que se le imputan en Chile- no duda en afirmar: "Los mejores años de mi juventud fueron los que viví en la DINA", consignó la agencia EFE.
Diputado defendió a Pinochet
Ésta no es la única noticia polémica relacionada con nuestro país que llega desde Australia: un diputado, Peter Phelps, generó revuelo al decir en el Parlamento regional de Nueva Gales del Sur que existen muchas personas que creen que Pinochet "era un hombre moralmente valiente".
El parlamentario reconoció que el régimen "mató a gente" al derrocar al Presidente Salvador Allende, pero añadió que "muchas veces es necesario hacer cosas malas para prevenir que pasen cosas terribles".
Su discurso motivó que el legislador del Partido Verde en el Parlamento regional John Kaye pidiera al presidente del Gobierno de Nueva Gales del Sur, el liberal Barry O'Farrell, que reprendiera a su colega. Otros diputados de la oposición fueron más lejos e incluso exigieron su dimisión.
"El doctor Phelps ha denigrado la memoria de decenas de miles de personas que fueron asesinadas o torturadas", comentó Kaye.
Los comentarios de Phelps también indignaron a gran parte de la comunidad de habla hispana en Australia, que incluye a decenas de chilenos que huyeron de la dictadura o fueron expulsadas.
La chilena Elizabeth Rivera, una ex activista estudiantil que escapó a Australia a finales de la década de los setenta y reside en Sídney, dijo hoy a la radio SBS que Phelps "está muy equivocado al creer que Pinochet fue héroe de nuestro país".
La activista criticó al diputado por no haber investigado la represión en Chile ni haber hablado con testigos, como las personas que llegaron a Australia huyendo del régimen dictatorial, y adelantó eventuales protestas contra su discurso, aunque sin dar detalles de las fechas.
Esta controversia surge en unos momentos en que ha cobrado actualidad la posible cooperación de Australia con la CIA para desestabilizar el Gobierno de Salvador Allende.
El refugiado chileno e investigador Gustavo Martin Montenegro declaró a SBS que el propio ex primer ministro laborista Gough Whitlam confirmó esta cooperación cuando dijo en el Parlamento en 1977: "No puedo negarlo (...) personal de inteligencia australiano trabajó con la CIA en la desestabilización del Gobierno de Chile".