Pablo Simonetti y el éxito de "Jardín": Los lectores y la crítica te liberan

Ante una oferta millonaria por su casa, Luisa Barbaglia, viuda de 76 años, se enfrenta a una decisión que traerá consecuencias insospechadas. Cada uno de sus tres hijos tiene una perspectiva distinta de lo que significa para ella dejar el hogar que compartió durante 40 años junto a su esposo, los recuerdos que la acompañan, y por sobre todo, su jardín, principal motivo de orgullo.

Así, en pocas líneas, la reseña de "Jardín" esconde todo un mundo para los lectores y, para qué decir, de su autor. La obra tiene desde su lanzamiento a Pablo Simonetti en lo alto de los rankings con los títulos literarios más vendidos de las últimas semanas. Y ha agradado a la crítica y a los seguidores por igual.

En medio de la Feria Internacional del Libro de Santiago 2014, la mano del escritor chileno no se cansa de autografiar uno tras otro texto. Algunas veces se arman filas, en otras no, llegan a goteo los interesados en darle un valor agregado a la copia recién adquirida.

"La gente se ha mostrado particularmente entusiasta", contó Simonetti a Cooperativa. "Hay mucha identificación con historias familiares personales de las personas que se acercan a pedirme la firma. Es esa comprobación de que uno puede escribir sobre temas que son íntimos, desde ti mismo, y aún así son capaces de conectarse con grandes audiencias".

Y es que a casi un mes de lanzada la novela, Simonetti advierte que "no me imagino que haya algo más personal para mí, que este libro. Y ver a gente tan diversa, comprándolo o leyéndolo, comentándome las emociones que les causa; uno dice 'de verdad, tengo que seguir en esa línea', la del creador, que escribes desde tus más íntimas emociones. No veo una responsabilidad, sino que los lectores y la crítica te liberan".

Buscando identidad

"Jardín" es un libro que Pablo Simonetti dedicó a su madre y, claro, por ahí ya hay un vínculo con su intimidad. Pero ¿qué más hay detrás de esas 116 páginas?

El autor plantea que "es una revisión de la memoria. Porque muchas veces el dolor oculta preguntas de situaciones dolorosas, que vivimos como familia. Por ejemplo, en este caso la pérdida de la casa familiar, donde vivía nuestra madre viuda, a los 76 años".

"Entonces -continuó-, hay una revisión de la herencia, de cómo se enfrentan los problemas en tu familia, cómo están asignados los roles de poder, y de los quiebres, que en este tipo de situaciones son siempre inevitables".

Y también "es la herencia de la memoria, vista desde el punto de vista de la identidad, de quién eres tú, desde donde estás parado hoy y miras hacia atrás, preguntándote quién soy, no quien era".

En la cantera de la memoria

Hay una cosa que es inevitable para Simonetti a la hora de escribir: mientras juega con la ficción, siempre está mirando la realidad, la historia, lo que pasó, las memorias, los retazos de anécdotas que pasaron por su vida.

De ahí que apunta: "Mis libros son todos de autoficción. Este en particular, quizás, es el más notorio; pero creo que todas las novelas son autobiografías, sólo que están más o menos ficcionadas. Cuánto de biografía y cuanto de ficción hay en la autoficción es un equilibrio que es necesario buscar o desarrollar".

En el marco de la Filsa, la autora cubana Wendy Guerra habló de sentirse parte de un grupo de autores latinoamericanos que construyen sus novelas en torno a la autoficción. Consultado por si se siente parte de este colectivo, Simonetti indicó que "no sé si sea el género de los nuevos tiempos, de la nueva generación o de la renovación de la literatura latinoamericana, es simplemente lo que yo quiero escribir".

"Es esa cantera de la memoria y de tus propias experiencias, la que me parece más valiosa literariamente. Es lo que me sale y es para lo que he trabajado todos estos años también. Es lo que he leído, pensado, lo que he elaborado en mi estilo", puntualizó.

No temer, sino que aprender

A mediados de julio de 2013, Pablo Simonetti dejó la presidencia de la Fundación Iguales. Aún así, no deja su lado de activista por la diversidad sexual de lado. Es por eso que también tuvo algo que decir sobre lo que ha pasado en la última semana con el cuento "Nicolás tiene 2 papás".

"Lo que me ha sorprendido es que haya un grupo de personas en Chile que todavía creen que los niños deben ser educados en un sistema de castas o de grupos cerrados, sin enseñarles a relacionarse con la diversidad que existe en el país", comentó el escritor.

Que existan personas que "cuando dicen 'hay que dejarle a los padres elegir si es que le pasan o no le pasan esto a sus hijos, en el fondo lo que están diciendo es 'tenemos que dejar que los padres todavía tengan el derecho a discriminar o no y que sus hijos sigan viviendo en guetos socioculturales, donde la vida se entiende de una manera y todo lo que está afuera, es el resto, lo malo o lo diferente. La educación virtuosa hoy sería educar a tus hijos para que se entiendan a sí mismos como diferentes y a aquellos que son diferentes los vean como un valor, una contribución, una riqueza para sus vidas"

En esa línea, Simonetti está seguro que "Chile se enriquecería mucho al dejar de lado la desconfianza en el otro o los otros. Poder criar a los niños bajo el concepto de un país multicultural y diverso, sería un cambio de paradigma en las relaciones sociales, culturales y políticas".

"Tendría una gracia enorme que a los niños se les pueda enseñar que un pequeño hijo de dos padres no es alguien a quien tengan que temer, sino alguien de quien pueden aprender", concluyó.