Laurence Maxwell: Mi detención fue para dar un mensaje a extranjeros en México
El sociólogo chileno afirmó en Cooperativa que tuvo un "desgaste muy fuerte porque todo el rato cambiaba la situación".
"Se desbordó, fue una golpiza que me pudo haber provocado daños", manifestó.
Reiteró que continúa evaluando la posibilidad de interponer una demanda por tortura contra el Estado mexicano.
El sociólogo chileno Laurence Maxwell, quien fue detenido en México tras participar en una protesta por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, afirmó en Lo Que Queda del Día de Cooperativa que su detención fue para dar un ejemplo a los extranjeros que quieren solidarizar con las manifestaciones.
Tras retornar a Chile después de su liberación, manifestó que "se juntaron varios factores para que nosotros saliéramos en libertad, un montón de cosas, entre ellas la labor diplomática" y "hago un llamado al Gobierno que es importante hacer una mención de levantar una queja, decir algo respecto a las violaciones a los derechos humanos en México".
Respecto a su detención, aseguró que "no tuve miedo", pero que "más que nada fue un desgaste emocional. Un desgaste muy fuerte porque todo el rato cambiaba la situación, todo el rato era posible que pasara cualquier cosa".
Sobre el actuar de la policía federal, Maxwell sostuvo que su detención "fue plenamente consciente. O sea, ellos quisieron dar un mensaje a los extranjeros de que esto les puede ocurrir si es que participan, siguen participando o solidarizando con las manifestaciones que ocurren en el Distrito Federal".
"Me interrogaron por separado, me sacaron a una sala donde había unas seis personas que no tuvieron la delicadeza de presentarse, pero creo que sí eran autoridades de la Seido y quizás de otras entidades del gobierno", declaró.
Violencia "se desbordó"
El estudiante de un doctorado en Literatura en la UNAM recordó en conversación con Cooperativa el momento de su detención, asegurando que al llegar al Zócalo "me di unas vueltas buscando gente conocida, no encontré y me fui hacia la parte de atrás del Zócalo. En ese momento se produce una estampida de gente desde el Palacio Nacional".
"Llegó la gente corriendo hacia donde estábamos nosotros y los policías detrás. Se me hizo muy difícil maniobrar con mi bicicleta, salir de ahí. Me dije 'la amarro y me voy caminando', era lo más sensato y, entre que estaba terminando de amarrarla, llegaron los policías y quedo atrapado", manifestó.
Agregó que "trato de salir caminando y escucho 'agarren a ese también'. Se metieron cuatro policías encima, me taparon los ojos y me empiezan a golpear un buen rato, sin mediar nada".
"Aquí (en Chile) también hay bastante brutalidad policiaca, pero allá se desbordó, fue una golpiza que me pudo haber provocado daños. No estaban preocupados por eso. Los estudiantes que estaban al lado mío cuando me llevan al carro de policía estaban muchos inconscientes, con fracturas en las costillas, súper dañados, sangrando, sin ropa, sin zapatos, algunos delirando, vomitando, porque la violencia había sido demasiado innecesaria", manifestó.
Maxwell declaró que "andaba solo, porque la característica común de todos los que nos detuvieron es que nos detuvieron solos. O sea, no estábamos con un grupo, era más fácil".
Eventual demanda
Maxwell agradeció el trabajo de José Agustín Jaliliye, cónsul general de Chile en Ciudad de México, quien "estuvo desde ese día hasta que me soltaron y hubo una especie de responsabilidad más allá de su labor, hizo cosas que tenían que ver más con su sensibilidad humana".
Reiteró que continúa evaluando la posibilidad de interponer una demanda por tortura contra el Estado mexicano: "Es una posibilidad que se estuvo discutiendo. Como me vine muy rápido para evitar cualquier otra circunstancia, tomé un avión rápidamente, alcancé a hablar con los abogados que estuvieron defendiéndonos y ellos tienen intención de alentar una demanda contra el Estado".
"Todavía no está claro cómo se va a hacer, si es conveniente o no. Al parecer esa demanda va", aseguró.